3 razones por las que el acuerdo EU-UE ha colapsado, al menos en el corto plazo
La virtual nominación de Donald Trump como candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca podría ser el último clavo en el ataúd para el gran tratado de libre comercio del presidente estadounidense Barack Obama con Europa.
Las conversaciones sobre el Acuerdo Trasatlántico de Inversiones y Comercio (TTIP, por sus siglas en inglés) comenzaron en 2013. Obama y los líderes de la Unión Europea esperaban crear una zona de libre comercio que abarcara más de la mitad de la producción económica del mundo y 800 millones de personas. Sus partidarios dicen que el acuerdo haría a todo el mundo más rico y crearía muchos puestos de trabajo.
Pero después de más de 10 rondas de negociaciones, hay una creciente oposición en ambos lados del Atlántico. Las probabilidades de que un acuerdo se produzca en el corto plazo han colapsado.
Estas son tres de las razones:
1. Trump lo odia, Clinton se está enfriando rápidamente
Durante las primarias, Trump ha criticado en repetidas ocasiones los acuerdos de libre comercio, incluyendo el TLCAN y la Asociación Trans-Pacífico, al decir que son “un ataque a las empresas estadounidenses”.
null“El TTIP está siendo utilizado como una herramienta política y funciona... culpando a los extranjeros de los problemas de la economía”, dijo Dennis Novy, un experto en comercio internacional y profesor asociado de Economía en la Universidad de Warwick.
Hillary Clinton, principal candidata para ganar la nominación demócrata a la presidencia, respaldó grandes acuerdos de libre comercio cuando era secretaria de Estado. Pero ahora también está expresando preocupaciones. En octubre, se pronunció en contra de la Asociación Trans-Pacífico, un acuerdo comercial entre Estados Unidos y otros 11 países.
“El debate ha empujado a Clinton a ser mucho más escéptica”, dijo Raoul Ruparel, un codirector de Open Europe, un centro de estudios. “Parece que este (acuerdo comercial) podría no ser una prioridad para quien sea que llegue después de la elección”.
2. La creciente oposición en Europa
Casi 3.5 millones de europeos han firmado una petición en contra del acuerdo. Les preocupa que vaya a dar demasiado poder a las grandes corporaciones estadounidenses, y que les facilite eludir las leyes de protección de la salud pública y ambiental.
“Hay mucho sentimiento antiestadounidense subyacente en Europa, especialmente en contra de las grandes corporaciones estadounidenses, en temas ambientales, temas laborales, temas fiscales”, dijo Novy.
El gobierno francés dijo esta semana que no firmará el TTIP en su forma actual. El ministro de Comercio Matthias Fekl habría dicho que Europa estaba haciendo un mal negocio y que sería mejor poner las conversaciones en pausa si Estados Unidos no estaba dispuesto a ceder más terreno.
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Los opositores en Europa dicen que el acuerdo podría conducir a la privatización del cuidado de la salud, de la educación y el transporte, sectores que operan como servicios públicos en muchos países europeos. La Comisión Europea dice que estos sectores no se incluirán en el acuerdo, pero algunas filtraciones sugieren que Estados Unidos está presionando por tener acceso.
Los detractores también están furiosos por el secretismo que rodea a las negociaciones. El borrador del acuerdo se ha mantenido en secreto; lo cual no es raro en los grandes acuerdos comerciales. Wikileaks ha ofrecido una recompensa por valor de 100,000 euros (114,000 dólares) por documentos del TTIP.
3. El tiempo se acaba
El tiempo se está agotando rápidamente para negociar los grandes temas espinosos. Ambas partes están fijando posiciones duras, tratando de defender sus intereses.
“A pesar de que dicen que quieren un acuerdo 'ganar-ganar', lo que en realidad quieren decir es 'queremos ganar más que tú'”, dijo Julius Sen, director asociado de la Unidad de Políticas de Comercio Internacional de la London School of Economics.
Las conversaciones iniciaron en junio de 2013 y los negociadores esperaban originalmente llegar a un acuerdo antes de que Obama deje el cargo en enero. Pero eso parece muy poco probable ahora.
“Nadie cree realmente que se llevará a cabo”, dijo Sen. “No es posible negociar e implementar un acuerdo como este dentro del ciclo de vida de un Congreso, un presidente; se moverá muy lentamente”, agregó.
Un informe parlamentario británico publicado esta semana mostró que los acuerdos comerciales internacionales toman entre cuatro y nueve años en promedio para negociarse.