7 razones para que Donald Trump evite una guerra económica contra China
Donald Trump, el candidato en campaña, habló con dureza sobre China: amenazó con imponer aranceles del 45% a las exportaciones chinas y prometió calificar a Beijing de “manipulador de divisas”.
“No podemos seguir permitiendo a China violar nuestro país, y eso es lo que están haciendo”, dijo a sus seguidores en mayo.
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Las amenazas al comercio mundial surgirán en las discusiones entre los líderes mundiales que se reunirán para la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) en Perú esta semana.
Es demasiado pronto para decir si el presidente electo Trump perseguirá sus promesas de campaña. Pero no hay duda de que hacerlo en su totalidad provocaría una guerra comercial.
Estas son siete razones por las que iniciar una pelea con China es una mala idea, para ambos países:
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1) China responderá
“Tenemos el poder sobre China, el poder económico, y la gente no lo entiende”, dijo Trump durante la campaña.
Es cierto que Estados Unidos ejerce un poder significativo sobre Beijing. Enormes cantidades de comercio fluyen en ambas direcciones a través del Pacífico, pero China vende mucho más a Estados Unidos de lo que compra a empresas estadounidenses. Beijing tiene más que perder.
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Pero no pienses ni por un segundo que los funcionarios chinos no responderían a la acción agresiva de un gobierno de Trump con una medida punitiva propia.
“Si Estados Unidos impone elevados aranceles a las importaciones chinas, entonces la decisión más inteligente de China será tomar represalias. China es demasiado grande para ser intimidado de esta manera”, escribió recientemente en China File, David Dollar, el exemisario financiero del Departamento del Tesoro de Estados Unidos en Pekín.
2) Las grandes marcas son vulnerables
Varias de las joyas de la corona corporativa de Estados Unidos serían vulnerables a represalias por Beijing.
Starbucks, Boeing y Apple, por nombrar solo algunos, han hecho grandes apuestas en China. Las tres empresas dicen que el país de 1,300 millones de habitantes pronto será su mayor mercado, si no es que ya lo es.
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Pero ese impulso podría ser fácilmente eliminado. Esto es lo que Global Times, un periódico respaldado por el Partido Comunista, dijo sobre cómo China respondería a los aranceles del 45%:
“Un lote de pedidos de Boeing serán reemplazados por Airbus”, dijo el periódico el lunes. “Las ventas de autos y iPhones en China sufrirán un revés, y las importaciones estadounidenses de soya y maíz serán detenidas”.
3) Ya hemos visto esta película
En 2009, el gobierno estadounidense de Barack Obama buscó imponer aranceles contra China por el dumping (vender a precios artificialmente más bajos) de neumáticos en el mercado estadounidense.
La Organización Mundial del Comercio (OMC) se alió con los Estados Unidos. Pero el gigante asiático tomó represalias en el clásico estilo de ojo por ojo con aranceles sobre el pollo estadounidense.
El conflicto de baja importancia hirvió a fuego lento durante años, y finalmente se expandió para incluir a los paneles solares, al acero y otros productos.
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Los consumidores estadounidenses estarán obligados a pagar un precio en las cajas registradoras si Trump busca nuevos enfrentamientos. Una de las razones principales: los enormes aranceles sobre los productos chinos los harán demasiado costosos o los expulsarán del mercado estadounidense por completo.
“No creo que puedas encontrar un sustituto [para los productos chinos]”, dijo Jianguang Shen, economista en jefe de Mizuho Securities Asia. “El reemplazo debe ser más caro, entonces la inflación será mayor”.
4) China está derramando dinero en Estados Unidos
China es la segunda economía más grande del mundo, y sus empresas locales se están volviendo cada vez más competitivas en los mercados globales. Incluso están haciendo importantes inversiones en Estados Unidos como parte de esta progresión.
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Las firmas estadounidenses han invertido más de 225,000 millones de dólares en China desde 1990, según Rhodium Group. A cambio, China ha invertido aproximadamente 65,000 millones de dólares, y va en aumento.
"En los últimos cinco años, la inversión extranjera directa ha evolucionado de una calle de un solo sentido a una carretera de dos vías, a medida que decenas de miles de millones de dólares de inversión china ahora se dirigen a Estados Unidos cada año”, dijeron los analistas del grupo.
Los inversores chinos también están comprando empresas de Estados Unidos a un ritmo sin precedentes.
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Ah, y China es el principal tenedor de bonos del gobierno de Estados Unidos con 1.3 billones de dólares en sus libros.
5) Los trabajos no están regresando
Trump ha prometido traer de vuelta a Estados Unidos los empleos perdidos, especialmente en la manufactura.
En la mayoría de los casos, estas afirmaciones no reflejan la realidad económica. Las fábricas de textiles que alguna vez florecieron en la zona de hilanderías de Carolina del Norte se perdieron hace décadas ante China. Pero los costos ya son demasiado altos allí, y los empleos están trasladándose a países como Bangladesh y Vietnam, donde la mano de obra es incluso menos costosa.
null“Esos trabajos se han ido y no van a regresar”, dijo Edward Alden, un alto investigador del Council of Foreign Relations, a CNNMoney. “Los aranceles no cambiarán esa ecuación. Los aranceles la empeorarán”.
6) El largo avance del yuan
Las ideas de Trump sobre la moneda china están muy anticuadas. Ha acusado repetidamente a Beijing de manipular el yuan, argumentando que China ha impulsado las exportaciones manteniéndolo artificialmente bajo.
Pero expertos, incluido el Fondo Monetario Internacional, dicen que el yuan ya está adecuadamente valorado. De hecho, Beijing está apuntalando activamente la moneda para evitar que caiga.
“Etiquetar a China como manipulador de divisas es luchar una guerra pasada, debido a que China recientemente ha estado interviniendo para mantener alta su moneda”, escribió el exfuncionario estadounidense David Dollar.
7) China aprovechará el momento
Si las políticas proteccionistas de Trump trastocan las décadas de políticas comerciales mundiales, Beijing estará lista para capitalizarlo.
El acuerdo comercial del presidente Obama en el Pacífico, el Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) ya está completamente muerto . Las negociaciones de libre comercio entre Estados Unidos y Europa también están en cuidados intensivos con pocas esperanzas de ser revividas por el presidente electo Trump.
China, sin embargo, ahora está bien posicionada para atraer a sus vecinos a una relación más cercana. Una guerra comercial podría ayudar.
¿Cumplirá Trump sus amenazas una vez que esté firmemente instalado en la Oficina Oval? Los primeros informes sugieren que ya está moderando sus puntos de vista.
El presidente Xi Jinping y Trump hablaron por teléfono el domingo por la noche, y “establecieron un claro sentido de respeto mutuo el uno por el otro”, según una breve declaración del equipo de transición de Trump.
“El presidente electo Trump declaró que cree que los dos líderes tendrán una de las relaciones más fuertes para que ambos países avancen”, agregó.
Patrick Gillespie y Jethro Mullen contribuyeron a este reportaje.