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2018, una montaña rusa para Estados Unidos y Donald Trump

El primer año de gobierno de Donald Trump trajo agitación política interna y en sus relaciones con países aliados y enemigos. ¿Qué se prevé para este nuevo año?
mié 03 enero 2018 06:19 AM
Previsión
Previsión Donald Trump ha traído una era de imprevisibilidad y nervios destrozados que seguramente se intensificará en 2018. (Foto: JONATHAN ERNST/REUTERS)

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llevó a Estados Unidos y al mundo por un trayecto agitado el año pasado.

Su primer año de gobierno, en el que rompió todas las reglas, no dejó de sorprender y, a través de su amor por la confrontación, una insaciable demanda de atención y su deliberado ataque a las grietas políticas, culturales y raciales, Trump ha traído una era de imprevisibilidad y nervios destrozados que seguramente se intensificará en 2018.

El nuevo año trae consigo crisis, confrontaciones y eventos cada vez más profundos que podrían sacudir a Washington hasta su núcleo y desencadenar olas de choque que pondrán a prueba la unidad estadounidense, la paz mundial y la cohesión de la presidencia de Trump.

nullLa investigación especial de Robert Mueller sobre Rusia podría llegar a buen término en 2018, y cualquier hallazgo de irregularidades por parte de Trump o de sus colaboradores cercanos podría causar un embrollo constitucional.

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En el exterior, la crisis de Corea del Norte —un enfrentamiento que lleva gestándose 65 años desde la última frontera de la Guerra Fría en el mundo— está reviviendo los temores de una guerra nuclear por primera vez desde la desaparición de la Unión Soviética.

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Y una fecha particular se cierne sobre el calendario: el 6 de noviembre, cuando se realicen las elecciones legislativas que podrían traer una ola demócrata que neutralice la presidencia de Trump. Pero si Trump, actualmente con una calificación de aprobación por debajo del 40%, puede superar la maldición de mitad de periodo, posiblemente aligerada por una economía en alza, podría posicionarse para la reelección en 2020.

Además están las crisis nacionales e internacionales (tiroteos masivos, crisis económicas, ataques terroristas, desastres naturales y enfrentamientos geopolíticos) que ponen a prueba a cada Casa Blanca y moldean la política cada año.

El presidente, animado por su victoria en la reforma fiscal y saciado por los días de vacaciones y golf en sus centros vacacionales de Florida, está impaciente por volver a la refriega.

“Tendremos un gran 2018. Será algo muy, muy especial. Todo está empezando”, dijo Trump a los invitados de su lujoso baile de víspera de Año Nuevo en el Mar-a-Lago, en los momentos finales de 2017.

“Tenemos algunos enemigos bastante buenos, pero paso a paso están siendo derrotados”, agregó. “A todos les encantará lo que está sucediendo en nuestro país, porque estamos tomando este gran barco hermoso y lentamente lo estamos cambiando”.

Esperando el próximo movimiento de Mueller

Cuatro colaboradores de Trump han sido acusados y luego de llegar a un acuerdo con el exasesor de seguridad nacional Mike Flynn, Mueller podría estar apuntando contra el círculo interno del presidente.

Los partidarios de Trump y los medios conservadores han lanzado un feroz esfuerzo por desacreditar a Mueller. Mientras tanto, el silencio del abogado especial profundiza el misterio sobre cómo y cuándo terminará la investigación.

Hay muchas preguntas: ¿entregará Mueller un informe que alegue una colusión con una intromisión de Rusia en la campaña electoral de 2016 o incluso recomendará que se abran procedimientos de impugnación? ¿Tratará Trump de indultar a sus excolaboradores y a cualquier miembro de la familia que pueda estar implicado?

¿Está Mueller preparando más acusaciones estelares? ¿Las tensiones políticas desgarrarán las investigaciones del Congreso sobre la operación electoral rusa? ¿Y los republicanos del Congreso, que celebraron a Trump en una fiesta de victoria extraordinaria después del triunfo fiscal, lo responsabilizarán si es necesario?

Los abogados de Trump han dicho a CNN que el presidente está mucho menos nervioso acerca de la investigación de Mueller ahora, y esperan que termine pronto y lo exoneren.

Pero el senador demócrata Richard Blumenthal de Connecticut predijo que Mueller recién está comenzando.

“La negación de Trump de la colusión rusa está podrida en su núcleo y está destinada a resolverse”, tuiteó Blumenthal el sábado. “Esperamos condenas y acusaciones más serias a principios de 2018 a medida que el Consejero Especial ascienda la escalera de la culpabilidad criminal... y más ataques preventivos y de pánico de parte de los republicanos”.

No es posible que ambos tengan razón.

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Política nuclear arriesgada con Corea del Norte

En un alarmante mensaje de Año Nuevo, el líder del aislado Estado, Kim Jong Un, advirtió que la totalidad del territorio de Estados Unidos estaba al alcance de sus misiles y el botón nuclear “está siempre en el escritorio de mi oficina”.

Aunque eso bien puede ser una exageración de las capacidades de Corea del Norte, 2018 podría ser el año en que Pyongyang logre poner un punta nuclear en un misil balístico intercontinental, dejando a Trump con la agónica decisión de aceptar el nuevo statu quo o lanzar una acción militar que algunos expertos temen que pueda degenerar en el conflicto más sangriento desde la Segunda Guerra Mundial.

El almirante Mike Mullen, expresidente del Estado Mayor Conjunto, advirtió el domingo en This Week de ABC que Estados Unidos ahora estaba “más cerca de una guerra nuclear con Corea del Norte que nunca”.

La posición de Estados Unidos de que Pyongyang debe desarmarse, y la de Corea del Norte de que no se detendrá hasta que pueda atacar a Estados Unidos de manera demostrable, no deja una salida obvia. Pero el reciente comentario de Kim de que quería aliviar las tensiones fronterizas con Corea del Sur antes de los Juegos Olímpicos de Invierno de febrero puede ofrecer esperanza para el diálogo.

China continuará su ascenso para desafiar el dominio global de Estados Unidos. Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, además de la calidez personal entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin, se están deteriorando rápidamente.

La nueva y dura política de Trump en Medio Oriente, que ataca las estrategias de poder regional de Irán, está generando un aumento vertiginoso de las tensiones. Las relaciones de Estados Unidos con sus aliados tradicionales en Europa se han debilitado en la era de “Estados Unidos Primero” y la primera crisis humanitaria del año está lista para estallar en Yemen, mientras se desata una guerra de poder entre Irán yArabia Saudita.

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Las mayorías del Congreso de Trump, en juego

Los demócratas —entusiasmados por los buenos desempeños en las elecciones intermedias en Virginia y Nueva Jersey y por la captura de un escaño, de Alabama, en el Senado estadounidense— sienten la oportunidad de recuperar la Cámara y el Senado en unas elecciones que inevitablemente serán un referéndum sobre la turbulenta gestión de Trump.

Trump ya está ansioso por participar, aunque una calificación de aprobación en el rango medio de 30% podría convertirlo en un invitado no deseado para los republicanos vulnerables.

A principios de año, los duelos en las primarias del Partido Republicano podrían intensificar la guerra civil republicana entre Steve Bannon y los líderes del partido, quienes advirtieron que sus candidatos insurgentes podrían costarles poder en Washington.

Los republicanos esperarán que una economía en ascenso, un bajo desempleo y un mercado bursátil en pleno aumenten la popularidad de Trump. El mapa también podría perjudicar a los Demócratas, ya que deben defender 10 escaños del Senado en estados que Trump ganó en 2016, y la redistribución de distritos ha hecho que muchos escaños de la Cámara Republicana sean más seguros.

Una encuesta de CNN del mes pasado dio a los demócratas una ventaja del 18% en una votación genérica contra los republicanos.

¿Cómo responderán los republicanos?

Los republicanos ya están enfrentando un estancamiento en el Congreso, están bajo presión para financiar al gobierno, renovar un programa de seguro de salud para niños y resolver el enigma sobre el estatus de miles de inmigrantes indocumentados traídos a Estados Unidos cuando eran niños, cuyo estado legal expirará en unos meses.

Esos temas pondrán a prueba el nuevo espíritu de unidad entre Trump y los republicanos del Congreso, forjado por el triunfo fiscal.

Los líderes del Partido Republicano ya están en desacuerdo sobre qué hacer a continuación. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quiere buscar una reforma de las prestaciones y bienestar social. El líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, advierte que su mayoría de un escaño podría cortar tales grandes esperanzas, y el presidente está impulsando un plan de infraestructura de un billón de dólares que necesitaría los votos demócratas.

McConnell también se ha comprometido a votar sobre un acuerdo de inmigración, si es que se llega a uno antes de finales de enero.

El productor de la Casa Blanca de CNN, Kevin Liptak, contribuyó a este artículo.

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