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China pone en aprietos al mundo por negarse a recibir su basura

La prohibición china de adquirir basura extranjera de baja calidad ha obligado a repensar el enfoque sobre los desperdicios generados en otros países, como Reino Unido.
lun 23 abril 2018 12:23 PM
Reciclaje
Cierran entrada a la basura China amplió la prohibición de comprar basura extranjera a docenas más de materiales reciclables, incluidos desechos de acero, piezas de automóviles usados y barcos viejos. (Foto: Crisanta Espinosa Aguilar/Cuartoscuro )

La prohibición de importación de basura de China le está dando un enorme dolor de cabeza a la industria mundial del reciclaje. La otra cara: el mundo finalmente se ha visto obligado a repensar su enfoque sobre el desperdicio.

Beijing prohibió el año pasado las importaciones de 24 variedades de desechos sólidos, incluidos los tipos de plástico y papel sin clasificar. El viernes, amplió la prohibición a docenas más de materiales reciclables , incluidos desechos de acero, piezas de automóviles usados y barcos viejos.

La prohibición tiene terribles consecuencias para algunos lugares. Una ciudad en Australia ha estado enviando desechos reciclables a un vertedero porque ya no puede permitirse el lujo de reciclarlo.

En el Reino Unido, montones de plásticos de baja calidad han estado almacenados y eventualmente serán incinerados.

El Instituto de Industrias de Reciclado de Chatarra de Estados Unidos advirtió que la prohibición interrumpe las cadenas de suministro mundiales y puede llevar a los fabricantes a utilizar materiales nuevos en lugar de reciclados.

Pero los expertos dicen que la prohibición ha sido una llamada de atención masiva para países como el Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Japón y otros que dependían de China para comprar y manejar su basura.

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El Instituto de Industrias de Reciclaje de Chatarra dijo que el 31% de las exportaciones de productos básicos de chatarra de Estados Unidos se envió a China en 2017. En el Reino Unido, casi todo el plástico reciclado solía enviarse a China y Hong Kong para su procesamiento.

Con China cerrando su puerta a la basura extranjera, varios países, incluido el Reino Unido, han comenzado a hablar sobre la imposición de impuestos sobre algunos artículos de plástico para que la gente use menos materiales.

Otros, como Australia, han invertido decenas de millones de dólares para ayudar a los consejos locales con la crisis de los residuos.

Simon Ellin, el director ejecutivo de la Asociación de Reciclaje en el Reino Unido dijo que la prohibición impulsa una mayor inversión en tecnologías de reciclaje.

Eso se debe a que China y otros países, incluidos los europeos, seguirán comprando chatarra de alta calidad que se puede convertir en nuevos artículos. Lo que no quiere China es únicamente el material de bajo grado y más contaminante.

Otros países, como India, Indonesia, Vietnam, Alemania y los Países Bajos, han intervenido para comprar parte de la basura del Reino Unido, aunque a precios más bajos, y no en su totalidad.

"Algunos materiales de bajo nivel, especialmente de plástico, que se recogen en el borde de la banqueta en el Reino Unido han demostrado ser más difíciles de trasladar, porque no hay un mercado para mover todo este material", dijo.

Agregó que estos materiales están actualmente atrapados en instalaciones de almacenamiento, mientras que otros pueden ser incinerados, en lugar de reciclarse.

Dijo que saber que el país ya no podría enviar materiales de reciclaje de mala calidad a China, su mayor comprador, significaba que la industria de reciclaje del Reino Unido tenía que empezar a cambiar. Otros seguirán.

"Es inevitable que, en el futuro, otros países sigan a China, buscando establecer estándares de calidad similares, por lo que la calidad de nuestro material debe ser mejor", dijo.

"Desacelerar el proceso de [reciclaje] nos permite producir materiales de mejor calidad. Las empresas están adoptando estándares más altos y procesos mucho más estrictos. Hay más inversión en tecnología ", agregó.

En la mente de Ellin, la prohibición es algo bueno, que eventualmente obligará a cambiar toda la cadena de suministro, desde el diseño inicial del producto, a las autoridades locales de recolección de residuos, a las compañías que clasifican y reciclan la basura.

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