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Arabia Saudita trata de salvar su ‘Davos en el desierto’

El éxito de este año de la Iniciativa de Inversión Futura está en entredicho por la ausencia de altos ejecutivos tras la desaparición de Jamal Kashoggi en un consulado saudí.
mar 23 octubre 2018 05:01 AM

Por:ZAHRAA ALKHALISI

DUBÁI- La conferencia de inversión de Arabia Saudita de esta semana era, hasta hace poco, el evento más popular en negocios y finanzas.

Ahora, el programa ha sido despojado de nombres, y la lista de oradores, que alguna vez fue un ‘quién es quién’ en los negocios globales, ha sido ampliamente revisada.

La mayoría de los principales presidentes ejecutivos y funcionarios de finanzas que debían participar en la Iniciativa de Inversión Futura, apodada “Davos en el desierto”, se retiraron en los últimos 10 días después de la desaparición de Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul, Turquía, el 2 de octubre.

El último en abandonar, después de un profundo examen de conciencia, fue el CEO de Siemens, Joe Kaeser.

“Siemens ha sido un socio confiable para Arabia Saudita durante décadas... Pero, por ahora, se debe hallar la verdad y se debe hacer justicia”, dijo Kaeser en un comunicado el lunes.

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Arabia Saudita había negado cualquier conocimiento de lo que le sucedió a Khashoggi, pero a última hora del viernes admitió que el columnista del Washington Post murió en el consulado. Se ha culpado a los miembros del círculo íntimo del príncipe heredero Mohammed bin Salman por su muerte.

Los organizadores de la conferencia dicen que se registrará la actividad usual cuando el evento comience el martes. El sitio web de la Iniciativa de Inversión Futura promete que un programa detallado para el evento de tres días será “publicado en breve”.

Bin Salman será el anfitrión de la conferencia. Pero, si asiste, se estará codeando con una multitud mucho menos famosa que la del año pasado, cuando utilizó la conferencia para promover su plan Visión 2030 para disminuir la dependencia de la economía de Arabia Saudita hacia el petróleo.

Entre los otros ejecutivos de alta categoría que ya se han retirado están el CEO de JPMorgan, Jamie Dimon; el CEO de HSBC, John Flint; el CEO de Blackrock, Larry Fink; y el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Steven Mnuchin, y la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, tampoco asistirán al evento.

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“El tema de Khashoggi ha dañado la reputación del reino y ha aumentado la incertidumbre política”, dijo GarbisIradian, economista en jefe para Medio Oriente y África del Norte del Institute of International Finance. “[Las empresas] podrían posponer o reducir los acuerdos comerciales del reino y adoptar una actitud de mantenerse a la espera”, agregó.

Pero la ausencia de nombres importantes no detendrá las discusiones sobre futuras oportunidades de negocios. Algunas empresas están enviando ejecutivos de menor nivel. JPMorgan y HSBC enviarán representantes, a pesar de que sus presidentes ejecutivos no asistirán al evento. Y el director de negocios internacionales de Morgan Stanley, FranckPetitgas, aparece en la aplicación de la conferencia como orador.

Otros, como Airbus, que tiene 1,000 empleados en el reino, quieren mantener abiertos los canales de comunicación a pesar de retirar la asistencia de los altos ejecutivos.

El Russian Direct InvestmentFund (RDIF) —un fondo de riqueza soberana— encabezará una delegación que incluirá a más de 30 empresarios, ejecutivos y funcionarios rusos.

“Apreciamos el diálogo constructivo y nos complace compartir experiencias, identificar nuevos proyectos conjuntos y discutir áreas prometedoras para el desarrollo de una cooperación integral entre una amplia gama de socios de Rusia, Arabia Saudita y otros países”, dijo el CEO de RDIF, KirillDmitriev, en una declaración el viernes.

Alemania ha decidido suspender la venta de armas a Arabia Saudita, pero contratistas de defensa de otros países, incluido Estados Unidos, participarán en la conferencia. En una entrevista con CBS la semana pasada, el presidente Donald Trump dijo que no quería sancionar a Arabia Saudita porque podría costarle a firmas como Boeing y Raytheon miles de millones en acuerdos de armas y en empleos.

Thomas Kennedy, presidente ejecutivo de Raytheon, figura como orador en el evento.

También se espera que asistan ejecutivos de la industria petrolera. El presidente ejecutivo de Total, Patrick Pouyanné, está en la lista de oradores. Su compañía firmó un acuerdo a principios de este mes para comenzar a trabajar en un complejo petroquímico por 5,000 millones en el reino.

Pero la incipiente relación del reino con el mundo tecnológico mundial está bajo una intensa presión y podría quedar dañada.

En la conferencia del año pasado, el CEO de SoftBank, Masayoshi Son, se sentó junto a Bin Salman cuando el príncipe anunció planes para una ciudad futurista de 500,000 millones de dólares, conocida como NEOM.

Son también lanzó un megafondo de tecnología de 93,000 millones de dólares, en el cual casi la mitad del dinero provienedel gobierno saudí. Ya ha realizado grandes inversiones en docenas de startups como WeWork y Slack. Son ya estaba planeando un segundo fondo de este tipo. Ahora, parece poco probable que eso suceda.

Son y el director de negocios internacional de SoftBank, Marcelo Claure, estaban mencionados como oradores en la conferencia saudí hasta hace poco. Tampoco aparecen en la lista revisada. La compañía ha guardado silencio sobre su asistencia.

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El reino necesita con urgencia revertir un declive en la inversión extranjera para diversificar su economía y terminar con lo que el príncipe heredero alguna vez llamó una “adicción” al petróleo. Bajo Visión 2030, Bin Salman quiere hacer crecer el sector privado, impulsar el turismo y reducir el desempleo en la próxima década.

El plan llamó la atención de muchos participantes internacionales, incluido el multimillonario Richard Branson, quien aprovechó las oportunidades para dos proyectos turísticos y estaba en conversaciones para una inversión de 1,000 millones de dólares en su compañía espacial.

Pero Branson fue uno de los primeros en suspender sus vínculos con Arabia Saudita luego de la desaparición de Khashoggi, y ha cuestionado que cualquiera en Occidente pueda continuar haciendo negocios allí.

En este punto del año pasado, muchos inversionistas internacionales estaban convencidos de que Arabia Saudita estaba abierta para hacer negocios. Será mucho más difícil convencerlos esta vez.

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