En vista de estos desafíos, los analistas han advertido desde hace tiempo que el sucesor de Draghi tendrá que convencer a los gobiernos nacionales rebeldes de Europa que se alineen con el plan general para implementar estímulos fiscales.
El Banco Central Europeo ha estado soportando "demasiado de la carga política" desde hace años, de acuerdo con El Erian. Lagarde está en una posición única para acicatear a los gobiernos nacionales renuentes a entrar en acción.
Luego de sustituir a Dominique Strauss-Khan en la presidencia del FMI en 2011, Lagarde se unió al BCE y a la Comisión Europea para orquestar el segundo rescate de Grecia, cuya deuda ponía en riesgo a toda la eurozona.
Eso exigió no solo colaborar con Draghi, sino también con pesos completos regionales como la canciller de Alemania, Angela Merkel.
"Ella es la clase de persona que puede ir más allá de los límites del cargo", dijo Ángel Talavera, de Oxford Economics. Es más, los inversionistas confían en que Lagarde continuará firmemente con la tradición conciliadora de Draghi.
Los rendimientos del bono de referencia de Alemania cayeron a sus niveles más bajos el miércoles, 3 de julio (los rendimientos y los precios se mueven en direcciones opuestas). Los mercados subieron: el DAX alemán subió un 0.6% y el CAC 40 de Francia subió un 0.7%.
La designación de Lagarde como líder del BCE sorprendió a algunas personas. Sin embargo, es el más reciente de una larga serie de hitos.
Fue la primera mujer que obtuvo el cargo más alto en el poderoso despacho de abogados Baker McKenzie en Chicago. Fue la primera ministra de Finanzas de un país del G7 y en 2011 se volvió la primera mujer al mando del FMI.