"El persistente crecimiento de la economía del endeudamiento de los mercados emergentes continúa elevando los pasivos contingentes de muchos (emisores) soberanos", escribió en una nota el subdirector de IIF, Emre Tiftik.
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"La creciente dependencia de la deuda a corto plazo deja a muchos mercados emergentes expuestos a cambios repentinos en el apetito por el riesgo global", dijo Tiftik, quien agregó que 3 billones de dólares en bonos de mercados emergentes y préstamos sindicados vencerán hasta el final del 2020, una tercera parte de la deuda en dólares.
Los principales bancos centrales, como la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos y el Banco Central Europeo (BCE), se han vuelto más expansivos en las últimas semanas y se espera que entreguen un nuevo estímulo para apuntalar el impulso económico, complicado por largas guerras comerciales.
La perspectiva de costos de endeudamiento baratos hizo que la deuda global aumentara en 3 billones a 246.5 billones de dólares, o un 320% del PIB, solo 2 billones menos que el máximo histórico del primer trimestre del año pasado.
"En el futuro, una amplia relajación de los bancos centrales podría generar una mayor acumulación de deuda en todos los ámbitos, socavando los esfuerzos de desapalancamiento y reavivando la preocupación por las dificultades para el crecimiento global en el largo plazo", escribió Tiftik.
La deuda total de Estados Unidos ha crecido 2.9 billones de dólares desde el primer trimestre de 2018, lo que elevó el total a un máximo histórico de más de 69 billones de dólares.
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Si bien la deuda del gobierno federal fue el principal impulso, hay una luz de alarma para las empresas estadounidenses.