El reporte fue divulgado después de una serie de datos económicos débiles que incluyeron un derrumbe de la actividad de manufacturas a mínimos de más de una década en septiembre y una fuerte ralentización del crecimiento de la industria de servicios a niveles no vistos desde 2016.
Ante las señales de que la guerra comercial con China está empezando a impactar a la economía estadounidense a un nivel más amplio, la constante fortaleza del mercado laboral es una protección clave ante la desaceleración. La disputa arancelaria entre Beijing y Washington ha erosionado la confianza de las empresas, hundiendo la inversión y las manufacturas.
A nivel nacional, las nóminas no agrícolas se incrementaron en 136,000 el mes pasado, dijo el gobierno, por debajo de las estimaciones de un sondeo de Reuters que apuntaban a la creación de 145,000 posiciones. Los datos de agosto fueron revisados para mostrar que se gestaron 168,000 empleos, en lugar de las 130.000 plazas abiertas reportadas inicialmente.
La tasa de desempleo estadounidense bajó el mes pasado a 3.5%, mejor al consenso de estimaciones que auguraban una cifra estable de 3.7%. Pero más allá de la buena noticia en cuanto al empleo, los economistas esperan que la Reserva Federal recorte las tasas de interés al menos una vez más este año, tomando en cuenta la incertidumbre en torno a la política comercial.