En el corazón de Irene Espinosa Cantellano -la primera mujer subgobernadora en la historia del Banco de México (Banxico)- hay un asunto económico muy cercano: las brechas entre mujeres y hombres en el mundo laboral y cómo cerrarlas.
“Gracias por hacer la pregunta que, como es obvio, está muy cerca de mi corazón”, afirmó al llevar su mano a la altura de su corazón para responder a Expansión sobre una mejor incorporación de las mujeres al mercado.
Espinosa Cantellano, que desde 2018 ocupa una de las cinco sillas de la Junta de Gobierno de Banxico, el primer banco central en el mundo en obtener la certificación en igualdad de género lanzada por el Foro Económico Mundial, destacó que la mayor participación de las mujeres en el trabajo es un asunto de economía, que puede ayudar al crecimiento.
“Es muy relevante el pensar en este tema más allá de una cuestión de justicia social, sino más bien desde el punto de vista de la aportación que puede realizar la fuerza laboral femenina para el desempeño económico”, dijo la también nombrada Mujer Poderosa por la revista Expansión el año pasado.
En México, las mujeres representan 44% del personal ocupado, de acuerdo con datos del INEGI. Los empleos donde la proporción de participación es similar son asociaciones religiosas, servicios públicos y comercio.
La suma de las mujeres al mercado laboral es un asunto económico, y así lo han expresado en meses recientes Kristalina Georgieva, la segunda mujer en dirigir otra institución económica influyente, el Fondo Monetario Internacional (FMI): "Si las mujeres tuvieran las mismas oportunidades que los hombres para alcanzar su máximo potencial, el mundo no solo sería más justo, sino también más próspero", escribió en octubre.
En México, la subgobernadora y maestra en políticas públicas por el ITAM destaca que en los últimos 40 años la participación de la mujer ha aumentado y no sólo en trabajos de menor calificación, e incluso, dijo, en los últimos años el aumento en la creación de empleos se debe a una mayor participación de las mujeres.
“Vamos por un muy buen camino, sin embargo, todavía hay brechas”, afirmó.
La primera que considera es la brecha en la participación en el campo laboral. “Esto tiene que ver mucho con que se asignan a las mujeres sobre todo actividades de cuidado que son no remunerados en las familias tanto de cuidado de hijos como de adultos mayores”, explicó la subgobernadora, cuya hermana, Patricia Espinosa, fue canciller de México.
El trabajo no pagado de cuidado y del hogar recae histórica y principalmente en las mujeres. Entre 2008 y 2018 el valor de ese trabajo de cuidado y del hogar ha ido en aumento pues de representar el 19.3% del PIB nacional pasó a 23.5%.
Según el INEGI, la mayor parte de labores doméstica y cuidados las hacen las mujeres, con 76.4% del tiempo que ellas destinaron a esos servicios no pagados, mientras los hombres solo dedicaron 24.9%. En el mundo, las mujeres dedican en promedio 4.4 horas de tareas no remuneradas, frente apenas 1.7 horas en el caso de los hombres.
La otra brecha que identifica Espinosa Cantellano tiene que ver con la pirámide laboral y los techos de cristal que ellas deben escalar con más cargas que ellos y que deben romper para escalar en las posiciones de alto nivel.
“También se ve una brecha muy importante en el ascenso de las mujeres en su carrera profesional, es decir, que la participación de las mujeres en posiciones de toma de decisión es muy incipiente y sobre todo las estadísticas para México son especialmente bajas si las comparamos con economías similares tanto de la región de América Latina”, detalló.
La subgobernadora lo tiene claro, y expone algunas medidas que pasan por las políticas públicas, leyes y algo más trascendental: un cambio cultural.
“Yo creo que se necesitan dos grupos de medidas. Uno tiene que desde el punto de vista legal para promover condiciones igualitarias entre hombres y mujeres justamente en los centros de trabajo para tareas de cuidado”, dijo.
“Medidas que permitan tanto a hombres como para mujeres el poder asignar tiempo y que las mujeres sobre todo no tengan que escoger entre tener hijos y seguir su vida laboral es decir que existan los mecanismos para poder apoyar”, agregó.
La paternidad responsable es otro cambio que debe buscarse, consideró. “Las instituciones puedan promover mecanismos de paternidad responsable que justamente pongan en condiciones iguales a mujeres y mujeres en ello”.
“Perlo lo más importante es lograr el cambio cultural en las instituciones que permita reconocer que las mujeres puedan acceder de manera igualitaria tanto a los diferentes puestos de decisión pero también que puedan hacer su aportación digamos con esquemas flexibles de trabajo”, comentó.
El corazón de la primera subgobernadora de Banxico busca la promoción de una visión igualitaria en el mercado laboral, algo que sugiere debe ser entre todos.
“Creo que hay una tarea muy importante donde todos tenemos que estar en esa sintonía para poder promover una visión igualitaria”, dijo.
El FMI considera que la licencia de paternidad fomentar una mayor paridad entre ellas y ellos. Un periodo más largo en la licencia de paternidad para ellos ayuda a que los hombres contribuyan más en el trabajo del cuidado incluso luego que acaba su licencia y eso reduce la carga de género en el hogar.
