Irene Espinosa, la mujer que vela por tu bolsillo
Irene Espinosa tuvo que callar la noticia más importante de su carrera durante dos semanas. Ni su familia supo que, en la segunda semana de enero, el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya, le había comunicado por teléfono que se encontraba entre los candidatos para ocupar el puesto de subgobernador del Banco de México (Banxico).
“Me lo quedé para mí solita”, explica. No quería comentarlo hasta no tener una respuesta. El cargo estaba libre desde que, el 1 de diciembre del año pasado, Alejandro Díaz de León asumiera como gobernador, tras la salida de Agustín Carstens. “Es una posición de una enorme responsabilidad, por trayectoria me sentí con bases para desempeñarme en el puesto y con el compromiso de dar un salto y tomar el reto”, cuenta.
Escalar peldaños en el Banco de México formaba parte de los sueños de la mayoría de sus compañeros de Economía en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM). Pero el deseo de Espinosa era simple: trabajar en la administración pública, tomando el ejemplo de sus padres, un abogado en el sector público y una maestra normalista, y contribuir con mejoras sociales.
Sin embargo, el 24 de enero se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar en la Junta de Gobierno de Banxico, el órgano autónomo fundado en 1925, cuyo objetivo principal es procurar la estabilidad del poder adquisitivo del peso. “Es una economista de buena reputación, con experiencia. Uno de sus grandes retos será aprender más de política monetaria. Es una mujer inteligente y puede aprender rápido”, valora el economista Jonathan Heath, fundador de la consultora Jonathan Heath & Asociados.
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Mariana Ramírez, analista de Ve por Más, agrega que, si bien su experiencia se ha concentrado en finanzas públicas, ésta le dará bases en materia de política monetaria, que también se determina por elementos como subsidios del gobierno, expectativas de la economía o balance fiscal.
Espinosa señala entre sus mentores a su maestro de Macroeconomía, Javier Beristain (fallecido en 2009). Con él reafirmó su convicción de desempeñarse en la administración pública. De Carstens, que fue también su profesor y, más tarde, su jefe en Hacienda, aprendió de economía internacional.
La educación que le inculcó su familia, que no hacía diferencias por género, le ayudó transitar por un ámbito muy masculinizado, el financiero. “Me hice a la idea de que sería una persona solitaria en términos de género, pero esto no significó un problema que me limitara. En la universidad no había muchas mujeres, en el banco, tampoco, entendí que así era el mundo que me tocaría”, cuenta.
Trayectoria económica
La carrera de Espinosa inició en Banamex. A los 24 años, hizo su servicio social en el Centro de Estudios Económicos de la institución financiera y, menos de un año después, en 1988, ya era investigadora. Después, en 1991, se puso al frente de la dirección para Instituciones Internacionales del Conacyt.
En 1998, con dos hijas pequeñas, estudió una maestría en Políticas Públicas en el ITAM, coincidiendo con la etapa en la que dio clases en el Instituto, donde era coordinadora del Centro de Evaluación Socioeconómica de Proyectos, entre 1997 y el año 2000. “El apoyo de mis padres fue fundamental”, reconoce la economista, cuya hermana es Patricia Espinosa, que fue secretaria de Relaciones Exteriores en el sexenio de Felipe Calderón.
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Un grado más de estudios y su trayectoria laboral la llevaron a Washington como consejera principal de la oficina del director ejecutivo para México y República Dominicana en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Regresó a México en 2007, tras recibir la propuesta para trabajar en Hacienda, como coordinadora de asesores. Carstens, entonces titular de la secretaría, le encomendó el proyecto de modernización de la Tesorería. “Con jefes así, uno aprende a ser asertiva. Son personas con agendas muy apretadas y no puedes darte el lujo de ser imprecisa en lo que les presentas”, afirma.
Tras año y medio de trabajo en el diseño de la iniciativa, Espinosa fue nombrada tesorera de la Federación, a cargo de un equipo de más de 450 personas, para implementar el proyecto en el que había trabajado. “Se rompieron inercias, fue un proyecto que se llevó todo el tiempo que estuve en la Tesorería”, cuenta.
Desde su posición, vio pasar a cinco secretarios de Hacienda: además de con Carstens, negoció y tomó decisiones con Ernesto Cordero, José Antonio Meade (en dos periodos), Luis Videgaray y, hasta los últimos meses, González Anaya. “El secreto es trabajo, estudio, tenacidad y mucha solidez en lo que se presenta y en lo que se propone. Debes tener siempre presente la responsabilidad que asumes cuando te dan el voto de confianza”, afirma Espinosa.
Su llegada a la Junta de Gobierno de Banxico rompe con el statu quo. Su nombramiento amplía a las mujeres las posibilidades de ocupar un puesto de alto rango en el sector económico y financiero, considera Valeria Moy, académica del ITAM y directora del centro de análisis México Evalúa, al convertirse en un role model.
“Mi consejo es simplemente enfocarse en objetivos y metas: trabajo, estudio, prepararse. No concentrarse en el tema de género, para que éste no se vuelva una limitación”, aconseja la nueva subgobernadora de Banxico.