Las modificaciones aprobadas y firmadas por representantes comerciales de México, Estados Unidos y Canadá el martes en tierras mexicanas es benéfico para la región, ya que por separado los tres socios pierden competitividad, señaló Aribel Contreras, académica de la Universidad Iberoamericana.
“Cada uno de los tres países hoy es menos competitivo, de acuerdo al FEM, en su última versión de 2019 nos topamos con que EU cayó una posición, pasó de ser el número 1 al número 2; Canadá cayó dos posiciones; pasó del puesto 12 al 14; y México cayó dos posiciones, pasando del sitio 46 ahora está en la número 48”, detalló Contreras.
Para la académica, Estados Unidos tiene que entender que el enemigo (comercial) no está ni en México ni en Canadá, sino en Asia. Y es que, según el FEM, Singapur, EU y Hong Kong son las naciones más competitivas del orbe.
“Hoy más que nunca (Estados Unidos) necesita de sus aliados que son México y Canadá para poder hacer frente a todos los desafíos comerciales que faltan por venir”, aseguró.
“No hay que echar en saco roto que este acuerdo, otra vez, lo que hace es que vuelve a poner a México en un nivel de competitividad muy interesante y nos da una ventaja que otros países no tienen en un momento muy complicado”, expuso por su parte Juan Carlos Baker, exsubsecretario mexicano de Comercio Exterior.
El especialista agregó que México está en una situación privilegiada, pues otros países no cuentan con este tipo de acuerdos, “por ejemplo, seguimos hablando del conflicto entre China y Estados Unidos, recientemente el presidente Trump incrementó aranceles a países como Brasil y Argentina”.
Además de la competitividad regional, tanto en México como en Estados Unidos hay coincidencia en que el acuerdo firmado el 10 de diciembre en Palacio Nacional traerá beneficios, con los respectivos retos para adaptarse a los cambios comerciales, en buena medida provocados por los avances tecnológicos, coincidieron Juan Calos Baker, quien también es académico de la Universidad Panamericana, y Jean Dominique Ieraci, ministro consejero de Comercio de la Embajada de Canadá en México, respectivamente.
“Tenemos un acuerdo del Siglo XXI. Lo más obvio es introducir los detalles del comercio electrónico, que no existía, no existía internet en ese entonces (1994 cuando el NAFTA entró en vigor)”, subrayó el diplomático canadiense.
“El propósito es encontrar un lugar común que nos llegue bien a todos. Desde nuestro punto de vista llegamos a un ganar-ganar-ganar”, agregó Ieraci, coincidiendo con el discurso de la viceprimera ministra, Chrystia Freeland, el día de la firma del acuerdo.