“Es un tratado muy bueno y muy importante para México y ni un solo resultado es una píldora amarga que nos hayamos tenido que tragar”, agregó el funcionario mexicano.
Los cambios tienen que ver con mecanismos para hacer que se cumplan la reforma laboral, así como con la eliminación de la protección por 10 años a las biomedicinas y se dejó fuera también un arancel estacionario que se pretendía imponer a algunos productos agrícolas.
Sobre Canadá, el subsecretario Seade se refirió al país como un “aliado” y un “amigo”, subrayando el rechazo a acuerdos bilaterales, por instrucción del presidente López Obrador.
Por su parte, el representante comercial de Estados Unidos, Robert Lighthizer, aseguró que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) es el mejor acuerdo comercial en la historia.
En su discurso, Lighthizer destacó la importancia para su país que México tenga prosperidad. El T-MEC sustituirá al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde hace 26 años.
El acuerdo debe ser aprobado por legisladores en los tres países pero hasta ahora, en Estados Unidos, los demócratas han sido reacios para realizar una votación que otorgaría una victoria política al presidente republicano Trump.
Mientras el nuevo acuerdo comercial para Norteamérica no sea ratificado, hay dos alternativas: que la relación comercial entre México, Estados Unidos y Canadá se rija por las reglas del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) o, si EU toma la decisión de salirse del acuerdo que la relación comercial se regule por las reglas de la Organización Internacional de Comercio (OMC).
“Mientras tengamos el NAFTA original, sigue vigente y ese es el que rige las relaciones comerciales, con una solidez jurídica entre México, Estados Unidos y Canadá y, por ende, no creemos que haya un riesgo de desestabilidad por ese tema”, consideró Moisés Kalach, coordinador del consejo Consultivo Estratégico de Negociaciones Internacionales del Consejo Coordinador Empresarial (CEE).