La marca de 50 separa el crecimiento de la contracción en la comparación mensual. Analistas encuestados por Reuters esperaban una medición de 49.6.
Aunque modesta, la lectura de mayo fue la más alta desde enero, ayudada por el fuerte incremento de la producción después de que las empresas retomaron sus operaciones y efectuaron las órdenes pendientes. Las cadenas de suministros se estabilizaron luego de las graves paralizaciones vistas a inicios del año.
Pero la demanda permaneció debilitada. Con muchos de los socios comerciales de China bajo cuarentena por el COVID-19, las nuevas órdenes de exportación siguieron en territorio de contracción, aunque la caída no fue tan brusca como en abril.
Los consumidores también siguieron mostrándose cautos en medio de despidos masivos y temores a una nueva ola de infecciones de coronavirus.
Aunque buena parte de la economía china ha reabierto y la epidemia parece haber sido contenida, muchas empresas de manufacturas están teniendo dificultades por las órdenes reducidas o canceladas, ya que la demanda global ha sido diezmada.
Las fábricas también continuaron despidiendo trabajadores, pero el ritmo de pérdidas de empleos se desaceleró. El gobierno tiene como prioridad evitar un desempleo masivo y se ha impuesto la meta de crear más de 9 millones de trabajos en áreas urbanas este año.
"Las bajas exportaciones siguieron siendo un gran lastre para la demanda, ya que el virus ha continuado propagándose en otras partes del mundo", dijo Wang Zhe, economista senior de Caixin Insight Group.
Un sondeo oficial divulgado el domingo mostró que la actividad fabril de China creció a un ritmo más lento en mayo, pero la recuperación en los segmentos de servicios y construcción se aceleró, lo que muestra un repunte dispar de la actividad.