"Los líderes han acordado por unanimidad que la gravedad de esta crisis justifica una respuesta común ambiciosa", dijo a la prensa Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
Previamente, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, había advertido a los líderes europeos que la economía de la Unión se dirige hacia una "caída drástica" debido a la crisis del coronavirus y que sus efectos completos en el mercado laboral todavía no se han dejado notar.
Los Estados miembros de la UE están debatiendo un presupuesto comunitario para el periodo 2021-27 de unos 1.1 billones de euros, así como una propuesta de la Comisión Europea para pedir prestado al mercado 750,000 millones de euros para ayudar a reactivar las economías más afectadas por el coronavirus, en particular Italia y España.
Con más de 100,000 muertos por causa de la COVID-19, la UE necesita demostrar ahora su solidaridad después de meses de disputas que han mermado la confianza pública en el grupo y han puesto en peligro su posición global tras el varapalo del Brexit.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó su impaciencia ante la falta de avances de un proceso de negociación que, según fuentes europeas, podría prolongarse hasta agosto, ante lo cual exigió la pronta adopción de un acuerdo.
"Cuanto más tiempo perdamos, más profunda será la recesión", escribió en su cuenta de la red social Twitter.
Sin embargo, el primer ministro sueco Stefan Lofven dijo que los estados miembros siguen "bastante alejados los unos de los otros". Aunque todo el mundo quiere firmar un acuerdo durante el verano, Lofven dijo no estar seguro de que esto sea posible.
Los países del norte de Europa, fiscalmente austeros, y el llamado "Club Med" de los países del sur, más endeudados, están divididos en cuanto al tamaño y las condiciones del fondo de recuperación, que la Comisión sugiere que se divida a razón de dos tercios de subvenciones no reembolsables y un tercio de préstamos.
Los Países Bajos, Dinamarca, Suecia y Austria, los conocidos como "Cuatro Frugales" ("Frugal Four"), dicen que el fondo es demasiado grande y que sólo debería consistir en préstamos, ya que las subvenciones tendrían que ser devueltas por todos los contribuyentes de la UE.