La reciente alza de los precios de los bonos, que de manera general suben cuando los inversores buscan refugio durante períodos inciertos, parece estar en contra de la exuberancia vista en Wall Street, donde la semana pasada el S&P 500 estuvo a un 3.5% de su máximo histórico de febrero, establecido antes de que quedara claro de que la propagación del Covid-19 causaría estragos a nivel mundial.
El S&P 500 y las notas del Tesoro a 10 años se mueven típicamente en direcciones opuestas, de modo que cuando las acciones suben durante períodos de confianza y toma de riesgos, los precios de los bonos caen, lo que impulsa los rendimientos, que se mueven inversamente a los precios.
Analistas han dicho que la correlación tradicionalmente negativa entre acciones y bonos refleja el grado en que los bonos harán una cobertura efectiva de una liquidación en las acciones, como lo que sucedió durante la crisis financiera mundial en 2008.
Esa relación se ha quebrado a veces durante la pandemia. Por ejemplo, desde mediados de junio, los rendimientos referenciales a 10 años han caído más de 20 puntos básicos, mientras que el S&P 500 ha ganado casi un 5%.
Gennadiy Goldberg, estratega senior de tasas de interés de TD Securities en Nueva York, dijo que la irregularidad entre los dos mercados puede explicarse por las medidas de estímulo emprendidas por el Congreso y el alivio cuantitativo por parte del banco central.
"La Fed y el gobierno han prometido un apoyo continuo a la economía, lo que ha impulsado los activos de riesgo", explicó. "Al mismo tiempo, la Reserva Federal quiere mantener las tasas bajas para mantener el estímulo y evitar un endurecimiento de las condiciones financieras".
La Fed bajó las tasas a casi cero en marzo y lanzó inéditos programas de crédito y compra de deuda para impulsar la liquidez y estabilizar los mercados financieros. El panel que fija la política monetaria se reúne martes y miércoles, sin grandes anuncios esperados, pero según analistas podría sentar las bases para una mayor acción en septiembre o en el cuarto trimestre.
Dado que funcionarios del banco central se resisten a tasas de interés negativas, algunas autoridades de la Fed han hablado sobre el control de la curva de rendimiento como una forma de establecer tasas a vencimientos específicos, lo que debería mantener los costos de endeudamiento muy bajos para estimular el gasto y fortalecer la economía.
"Creemos que en septiembre (la Fed) podría tener un poco más de discusión sobre el impacto de posibles medidas adicionales de orientación a futuro, de las cuales el control de la curva de rendimiento es uno de esos", dijo Tony Rodríguez, jefe de estrategia de renta fija de Nuveen.