Estados Unidos entró en recesión en febrero. Para mitigar el impacto de la contracción económica causada por la crisis sanitaria, el Congreso aprobó a finales de marzo un titánico paquete de estímulos de 2.2 billones de dólares.
Este paquete incluía la distribución de cheques a los estadounidenses y 349,000 millones de dólares para un fondo dedicado a las pequeñas y medianas empresas.
A finales de abril se completó un segundo plan de ayuda de casi 500,000 millones de dólares. Además, el gobierno otorgó beneficios de desempleo de 600 dólares por semana.
Pero esta medida expira el 31 de julio. Demócratas y republicanos negocian desde hace semanas un nuevo plan de ayuda que, entre otras cosas, extendería este subsidio de desempleo.
El Secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, insistió el domingo en la cadena Fox que el monto del subsidio debería ser menor.
"Simplemente no sería justo utilizar el dinero de los contribuyentes para pagar más a la gente para que se quede en casa que si estuvieran trabajando", dijo. El gobierno de Trump propone un subsidio del 70% del último salario recibido.