El experto señaló que "es más probable" que las regiones más orientadas al exterior se beneficien de una "recuperación más expedita" de los socios comerciales y del nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que arrancó el 1 de julio.
En tanto que el desempeño de aquellas más vinculadas al mercado interno dependerá en mayor medida de la evolución del mercado laboral y de la demanda interna", consideró el investigador.
La emergencia sanitaria por Covid-19, decretada por el gobierno el 30 de marzo, paralizó los sectores no esenciales en abril y mayo, lo que causó una caída anual de 18.7% del PIB en el segundo trimestre del año y la desaparición de más de 1 millón de empleos formales.
En su reporte, Banxico mostró que la actividad económica cayó 19.3% en el norte y 16.6% en el sur en el segundo trimestre, en contraste con 15.2% del centro y 12.8% del centro norte.
El sur fue la región más afectada en turismo y construcción, mientras que el centro en manufacturas, comercio y minería, y el norte en el sector agropecuario.
"Lo que vemos es que todas las regiones fueron afectadas, pero hubo heterogeneidad en la afectación para cada región, dependiendo de la vocación", explicó Chiquiar.
Con el inicio de la "nueva normalidad", el 1 de junio, los empresarios se mostraron más optimistas para la recuperación de las ventas, con casi tres cuartas partas de ellos con la expectativa de regresar a niveles previos a la pandemia en 2021.
Aun así, el investigador advirtió de un comportamiento desigual de la propagación del coronavirus, marcado por una aceleración en los contagios en el norte del país en el segundo trimestre del año, aunque ahora el centro es otra vez la región con más casos nuevos.
"En aquellos estados donde se tomaron medidas de contención y de distanciamiento social más estrictas son donde más cayó la actividad comercial", apuntó Chiquiar.
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Como riesgos a la baja, el experto mencionó que se prolonguen el confinamiento ante rebrotes del virus, que se deterioren los indicadores de seguridad pública, que la recuperación del empleo sea más lenta a lo esperado y que continúe el ambiente de incertidumbre interna que afecta a la inversión.
"Para apoyar la recuperación e impulsar el crecimiento de largo plazo resulta imperativo seguir trabajando en todas las regiones en corregir los problemas institucionales y estructurales que han propiciado bajos niveles de inversión", concluyó.