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Luis de la Calle: "La extorsión impide el crecimiento económico de México"

En entrevista, el economista Luis de la Calle anticipa un regreso a la centralización del poder en México si no se promueve la competencia, la liberalización y la "legitimación de las utilidades".
lun 23 noviembre 2020 05:49 AM
Luis de la Calle
En su libro, Luis de la Calle menciona que hay un daño al mercado en general con la extorsión, ya que las personas se niegan a participar, innovar e invertir.

“¿Por qué las empresas pequeñas y medianas no crecen?”

Esa fue la pregunta que uno de sus excolaboradores le hizo a Luis de la Calle hace algunos años y que detonó en reflexiones y estudios que han quedado plasmados en su más reciente libro: La Economía de la Extorsión.

Este economista, exsubsecretario de Negociaciones Comerciales Internacionales y partícipe en el diseño e implementación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), afirma que el libro trata de llamar la atención sobre este problema de fuertes magnitudes para México: el 98% de los casos de extorsión no se denuncian y afecta tanto a personas como a empresas de todos los tamaños, aunque en diferente magnitud.

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“Durante muchos años, los estudiosos de la sociedad mexicana se han preguntado por qué la economía de México no crece más y muchas veces decimos que tenemos las grandes variables macroeconómicas como la inversión, el empleo, el PIB y la demanda agregada. Este libro dos pasos más allá: primero es cuestionar por qué hay tantas Pymes y segundo por qué no pueden crecer”, afirma en entrevista.

Expansión tuvo la oportunidad de platicar con Luis de Calle para ahondar sobre esta problemática y sus posibles soluciones. Esto fue lo que nos respondió.

-¿Cuál es el costo de la extorsión? ¿Se puede medir?

No se puede medir con precisión. Es una práctica en México muy extendida, muy común, muy abusada, que tiene un impacto muy importante pero no se puede medir.

Si en México tuviéramos Estado de Derecho y no extorsión, la Inversión Extranjera Directa (IED) sería tres veces superiores a lo que recibimos hoy, estaríamos recibiendo 100,000 mdd. Si no tuviéramos extorsión tendríamos más inversión. El 35% de la inversión que se hace en México la hacen los hogares en sus propios negocios y esos negocios son los que están mayormente sujetos a la extorsión.

El costo de la extorsión no hay que medirlo tanto en términos de millones de pesos o empleos, sino en términos de crecimiento, en un costo de oportunidad. México sería una economía más grande, con mejores salarios, con más productos, con más empresas y marcas nacionales.

- ¿Hay algún sector que se salva de la extorsión?

Se hizo mucho progreso con la apertura comercial. Con los TLC, México ha negociado una especie de Estado de Derecho. Quitamos todos los permisos de importación, quitamos todas las trabas a la exportación cuando se hizo en TLCAN. Se creó un esquema donde las empresas le decían al gobierno los problemas para exportar, por lo que se fueron removiendo todos estos obstáculos y el resultado fue el éxito tremendo que ha tenido México en comercio exterior.

El comercio exterior los hemos podido aislar parcialmente porque impusimos un régimen con Estado de Derecho con compromisos internacionales, en el resto de la economía la extorsión sigue rampante y creciente.

-¿Qué diferencia a la extorsión de la corrupción e impunidad?

Las tres están íntimamente relacionadas. Con impunidad hay corrupción y extorsión; sin impunidad la extorsión sería menor.

La extorsión y la corrupción son muy parecidas, toda actividad extorsionadora es corrupta, pero no toda corrupción es extorsionadora.

La extorsión surge por la capacidad que tiene el individuo o grupo de personas de extraerle a un tercero recursos al evitar que esas personas ejerzan un derecho.

Es un intercambio, una transacción en donde no hay voluntad de una de las partes y además que la persona que está haciendo la extorsión tiene cierto poder monopólico sobre el extorsionado que le permite extraer esas rentas. No solamente es apropiarse de lo ajeno, que sería el robo, sino aprovechar los objetivos, los deseos que tiene una empresa o individuo para extraerle concesiones a cambio de algo.

Es una combinación de falta de competencia, de poder monopólico y falta de voluntad lo que distingue a la extorsión.

- ¿Cómo combatirla de manera eficaz?, ¿por dónde empezar?

El libro trata de llamar la atención del problema. En México muchas veces sentimos normal que para hacer algo tengamos que pagar, como si fuera una cosa normal que para estacionarnos tengamos que darle dinero a alguien.

Y tiene un impacto muy grande, porque las empresas, sobre todo las micro y pequeñas, ven en la práctica a la extorsión un obstáculo insalvable para su crecimiento y al no crecer ellas no crece el país y no se tienen buenos salarios.

Lo primero es llamar la atención a las personas de que todas estas cosas que hacemos en México que parecen naturales, no lo son y tienen un impacto nocivo para el crecimiento del país.

La extorsión no solamente existe en el ámbito sector público y sector privado, sino también entre privados en las compra de insumos, en la venta de productos y también obviamente con los sindicatos y con el crimen organizado, entonces toda esa maraña de extorsión hay que reconocerla como tal y en segundo lugar es empezar pensar los cambios culturales que necesitamos en México para empezar a erradicarlas y luego fijar políticas públicas que puedan ayudar.

-Usted menciona constantemente en su libro la relevancia de los derechos de propiedad, ¿Cómo le explicaría la importancia de este concepto?

En México tenemos una mala relación con la propiedad. Reconocer la propiedad de las cosas es un derecho humano fundamental. Al no tener un respeto por la propiedad ajena, justificamos moralmente la extorsión.

La propiedad es en el sentido más amplio y una de las razones por las que en México aceptamos la extorsión es porque concebimos a la propiedad como ilegítima y también muchas veces a la generación de riqueza como ilegítima y moralmente válido extorsionarla para obtener recursos de esa persona que generó la riqueza a favor de otras personas.

- ¿Cree que el actual gobierno federal pueda hacer algo para reducir los niveles de extorsión?

La extorsión tiene un componente histórico importante que es el régimen concesionario que teníamos bajo el PRI. Incluso, la Constitución decía que le “otorgaba derechos a los ciudadanos” en lugar de reconocerlos y a través de ese otorgamiento de concesiones compraba voluntad política.

El presidente Vicente Fox fue electo en el año 2000 para dar un empujón a un nuevo esquema, pero no supo como desmantelar el régimen de privilegios y en 2018 el Presidente López Obrador también fue electo para cambiar la relación de la clase política que tiene cierta capacidad extorsionadora con respecto a la sociedad.

En la medida en la que el Presidente no impulse el tránsito hacia una sociedad de derechos y no una de privilegios, que promueva la competencia, la liberalización y la legitimación de las utilidades vamos a regresar a un sistema concesionario priista con la centralización de poder y esa centralización va a ser extorsionadora con el próximo presidente de México que tenga el poder concentrado, porque la concentración de poder y la falta de democracia en el fondo son corruptoras y por lo tanto extorsionadoras.

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