Clave para la recuperación
“México recientemente aprobó un presupuesto conservador ‘sin cambio de política’, arriesgándose a una recuperación más débil”, advirtió la semana pasada el FMI, organismo que espera que la deuda pública mundial llegó a 98% del PIB a fines de 2020.
El FMI considera que para que las autoridades reactiven el crecimiento económico y contrarrestar los shocks macroeconómicos es necesario que inviertan para el futuro en sistemas sanitarios, infraestructura, tecnologías con bajos niveles de carbono, educación e investigación para impulsar el crecimiento de la productividad.
También adoptar políticas discrecionales bien planificadas, y reforzar los estabilizadores automáticos, incluidos los aspectos del sistema de impuestos y prestaciones que estabilicen los ingresos y el consumo, como la fiscalidad progresiva y la asistencia por desempleo.
Para la recuperación económica y aminorar la presión de las finanzas públicas, Félix Boni, director de Análisis de HR Ratings, consideró que la clave es incentivar el crecimiento económico a través de la inversión física pública productiva que detone inversión privada, además de incrementar el gasto para acelerar la aplicación de la vacunas, pues “si las personas están enfermas, si continúa la pandemia, las personas no pueden salir a trabajar”.
Recientemente, en un foro organizado por la calificadora de crédito Fitch Ratings, Arturo Herrera, titular de la SHCP explicó que México decidió no contratar más deuda para la crisis por COVID-19 porque el marco legal de México es restrictivo.
“En el caso de México se tiene una ley muy antigua en la cual se prohíbe el uso de deuda pública para otra cosa que no sea infraestructura pública, algo muy específico”, dijo Herrera.
Mientras el número de contagiados por COVID.19 en México se incrementa, y las inversiones se van a proyectos con poca rentabilidad y enfocados en sectores como el turismo: Tren Maya y la explotación de energías no renovables: Refinería Dos Bocas.