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Evitar los 'gasolinazos' le sale caro a la Secretaría de Hacienda

Mantener la promesa de López Obrador de evitar aumentos en el precio de la gasolina por encima de la inflación significó una pérdida recaudatoria de 8,801 mdp en el primer bimestre.
mié 07 abril 2021 05:49 AM
Hacienda
En promedio, de febrero a la tercera semana de marzo, Hacienda perdió 1.12 pesos por cada litro de gasolina Magna vendido en el país, en promedio cobró una cuota de 3.99 pesos en este periodo cuando la cuota máxima que se puede cobrar es de 5.11 pesos.

La promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador de no incrementar los precios de las gasolinas y el diésel por encima de la inflación le está saliendo cara a las finanzas públicas.

El incremento en el precio del barril de petróleo a nivel mundial genera un mayor precio de referencia para las gasolinas que México importa de Estados Unidos, y para que no se vean incrementos abruptos en los combustibles en el país, Hacienda reduce la tasa del impuesto IEPS, incluida en el precio final, lo que representa perdidas recaudatorias para la administración pública.

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Al cierre del primer bimestre de 2021, la recaudación del IEPS federal a gasolinas y diésel cayó 20.9% frente al mismo bimestre de 2020, es decir que la pérdida recaudatoria fue de 8,801 millones de pesos (mdp), detallan cifras de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Esto fue resultado de una menor movilidad y consumo de combustibles a causa del COVID-19, y una reducción en la tasa del IEPS federal a partir de la primera semana de febrero. Un mes antes todavía se alcanzó a cobrar la cuota máxima a la gasolina Magna de 5.11 pesos, refieren datos oficiales.

En promedio, de febrero a la tercera semana de marzo de 2021, Hacienda perdió 1.12 pesos por cada litro de gasolina Magna vendido en el país, pues ante la recuperación del precio del petróleo y por ende el de la gasolina que se importa de Estados Unidos; Hacienda redujo el IEPS y en promedio cobró una cuota 3.99 pesos en este periodo para este tipo de combustible.

Hacienda actualiza y pública cada viernes el monto de las cuotas que aplicará a las gasolinas y al diésel durante la semana que le sigue a la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

“En México el precio de las gasolinas no es controlado por el mercado, sino por Hacienda”, explicó Ramses Pech, analista en materia energética y socio de Caraiva y Asociados-León & Pech Architects.

¿Cómo funciona el impuesto IEPS?

Desde 2018 se establecieron precios objetivos o máximos para los combustibles, el precio promedio general (en todo el país) para este año no debe rebasar los 20.50 pesos para la Magna; entre los 21.50 y 22 pesos por litro la Pemium y el diésel entre 21.50 y 21.80 pesos, explicó Pech.

Para mantener estos precios promedios generales, Hacienda baja o sube la tasa del IEPS federal.

Si suben los precios de referencia de los combustibles en el mercado de Houston, la dependencia ajusta el IEPS a la baja, y si bajan, Hacienda tiene margen para subir la cuota de este impuesto y así recaudar más, “el IEPS es una importante fuente de ingresos para Hacienda”, explicó por su parte Luis Miguel Labardini, analista del sector energético y socio de la firma Marcos y Asociados.

Será difícil que Hacienda deje de dar estos estímulos, en vista de los factores que están presionando los precios de los combustibles al alza: el incremento en el precio del petróleo que genera mayores precios de referencia para la importación de gasolina, y el incremento en el costo logístico y de transportación para gasolinas, pues la mayoría de las gasolinas consumidas en México llegan a las estaciones en pipas que usan diésel, explicó Ramsés Pech.

Hay otros factores que influyen también en los precios de los combustibles, como el tipo de cambio, pero este se ha mantenido estable en lo que va del año; cuando el dólar sube de precio, también sube la gasolina en México, cabe señalar que el 80% de las gasolinas que consumimos en México son importadas de Estados Unidos, agregó Labardini.

Las pérdidas por este IEPS pueden ser amortiguadas por la llegada de mayores ingresos petroleros ante un mayor valor que tendrá el precio del barril de la mezcla mexicana de exportación, pero al final sí representa un costo para Hacienda, en vista de que también tiene presiones para el manejo del presupuesto público por dar estímulos fiscales a Pemex, como la reducción al Derecho de Utilidad Compartida (DUC) y ayudas financieras como el pago de las amortizaciones de su deuda.

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