El ministro de Finanzas alemán, Olaf Scholz, destacó que el acuerdo era "una mala noticia para los paraísos fiscales de todo el mundo". "Las empresas ya no podrán eludir sus obligaciones fiscales registrando sus beneficios en los países con menos impuestos", añadió.
El ministro irlandés de Finanzas, Paschal Donohoe, cuyo país es posiblemente un gran perdedor con su tasa impositiva del 12,5%, indicó que cualquier acuerdo global también deberá tener en cuenta a los países más pequeños.
El acuerdo no aclara exactamente qué empresas estarán cubiertas por las normas, refiriéndose únicamente a "las empresas multinacionales más grandes y rentables".
¿Qué es el impuesto mínimo mundial y qué significará?
Las principales economías pretenden disuadir a las multinacionales de trasladar sus ganancias a países de baja tributación, independientemente del lugar donde se realicen sus ventas.
Cada vez más, los ingresos procedentes de fuentes intangibles, como las patentes de medicamentos, los programas informáticos y los derechos de propiedad intelectual, han emigrado a estas jurisdicciones, lo que permite a las empresas evitar el pago de impuestos más elevados en sus países de origen tradicionales.
El acuerdo del G7 se inscribe en un esfuerzo mucho más amplio. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lleva años coordinando las negociaciones fiscales entre 140 países sobre las normas para gravar los servicios digitales transfronterizos y frenar la erosión de la base imponible, incluido un impuesto mínimo de sociedades a nivel mundial.
Los países de la OCDE y del G20 pretenden llegar a un consenso sobre ambos temas a mediados de año, pero las conversaciones sobre el mínimo global para empresas son técnicamente más sencillas y menos polémicas. Si se alcanza un amplio consenso, será muy difícil para cualquier país de baja tributación intentar bloquear el acuerdo.
Se espera que el mínimo represente la mayor parte de los 50,000 a 80,000 millones de dólares de impuestos más que, según la OCDE, las empresas acabarán pagando en todo el mundo si se alcanzan acuerdos en ambos frentes.
¿Cómo funcionará el impuesto a las multinacionales?
El tipo impositivo mínimo global se aplicaría a las ganancias en el extranjero.
Los gobiernos podrán seguir fijando la tasa de impuestos local que deseen, pero si las empresas pagan tipos más bajos en un país concreto, sus gobiernos de origen podrían "completar" sus impuestos hasta el tipo mínimo, lo que elimina la ventaja de trasladar los beneficios.
La OCDE había dicho el mes pasado que los gobiernos estaban de acuerdo en el diseño básico del impuesto mínimo, pero no en el tipo. Los expertos fiscales afirman que ésta es la cuestión más espinosa, aunque el acuerdo del G7 crea un fuerte impulso en torno al nivel del 15% o más.
Otros puntos que aún deben negociarse son si los fondos de inversión y los fondos de inversión inmobiliario deben estar cubiertos, cuándo aplicar la nueva tasa y garantizar que sea compatible con las reformas fiscales de Estados Unidos destinadas a disuadir la erosión.
¿Qué sigue?
En la reunión del G20 prevista en Venecia el mes que viene, se verá si el acuerdo del G7 obtiene un amplio apoyo de los principales países en desarrollo y en vías de desarrollo.
Aún quedan muchas cosas por concretar, como los parámetros que determinarán cómo y a qué empresas multinacionales se aplicará el impuesto.
El comunicado del G7 dejó abierto lo que sucederá mientras tanto con los impuestos sobre los servicios digitales de las grandes empresas tecnológicas en varias jurisdicciones, que Estados Unidos quería que se eliminaran tan pronto como se llegara a un acuerdo.
Cualquier acuerdo final tendrá importantes repercusiones para los países de baja tributación y los paraísos fiscales.