"Hay grandes expectativas de que podamos llegar a un acuerdo" sobre el impuesto de sociedades, afirmó el británico Rishi Sunak en la apertura de la reunión. "En una economía compleja, global y digital, no podemos seguir confiando en un sistema fiscal que fue diseñado en gran medida en los años 1920", afirmó.
La cuestión de un impuesto de sociedades mínimo global, "pilar" de una vasta reforma fiscal llevada a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), ocupó un lugar destacado en el orden del día.
Países como el Reino Unido piden además gravar los beneficios de las grandes multinacionales, en particular los gigantes digitales, en el país donde obtienen sus beneficios y no sólo donde están registradas sus sedes.
Los ministros de Finanzas de las cuatro mayores economías de la Unión Europea -Alemania, Francia, Italia y España, que no es miembro del G7- afirmaron en un artículo publicado en varios diarios europeos que defenderían una posición común al respecto.
La española Nadia Calviño, el alemán Olaf Scholz, el francés Bruno Le Maire y el italiano Daniele Franco se comprometieron a "fijar una posición común sobre un nuevo sistema fiscal internacional" y destacaron la "oportunidad" actual de "lograr un acuerdo histórico".
Estas empresas multinacionales, "igual que las demás, tienen que pagar unos impuestos justos, acordes con su éxito, para financiar los bienes públicos", agregan en la tribuna.
El impulso de Biden
El diario The Guardian puso como ejemplo a la filial irlandesa de Microsoft, que no pagó el año pasado ningún impuesto de sociedades porque está registrada en Bermudas, a pesar de tener unos beneficios de 315,000 millones de dólares (mdd).
Escucha
Para el G7 se trata de responder a las "estrategias para eludir impuestos" de ciertas empresas, subraya una fuente cercana a las negociaciones, según la cual nunca se ha estado "tan cerca de un acuerdo" al respecto.
El proyecto, lanzado hace unos años, se ve ahora impulsado por la llegada a la Casa Blanca del demócrata Joe Biden, más favorable al multilateralismo que su predecesor, el republicano Donald Trump.