“Esto hace referencia a la inestabilidad que existe en el empleo, que además existe por diferentes condiciones del mercado laboral”, agregó.
Estar en la informalidad hace que las personas no acumulen las semanas cotizadas -750 semanas cotizadas en el caso de México- necesarias para alcanzar una pensión al final de su vida laboral. “Se estima que más de la mitad de las personas trabajadoras que cotizan en el sistema de seguridad social contributiva no obtendrá una pensión ni servicios médicos cuando se jubile”, adelantó Martínez.
Otro punto a destacar “es que las personas que ganan más de 10 salarios mínimos tienen una densidad de cotización del doble de quien gana entre uno y dos salarios mínimos”, lo que provoca “un efecto regresivo en la seguridad social, pues las personas de bajos ingresos, mientras se encuentran en el empleo formal y hacen sus aportaciones, al tratarse de un sistema de reparto subsidian a las personas ya jubiladas –las personas con mayores ingresos”, apuntó la oficial del PNUD en México.
En el caso del seguro de salud, las personas que ganan menos destinan una mayor proporción de su salario para cubrirlo. “Una personas con un salario mínimo paga, en términos proporcionales, el doble que una persona con cuatro salarios mínimos”, detalló Cynthia Martínez.
Esta situación aumenta la desigualdad en lugar de disminuirla, pues la mayor parte del gasto de seguridad social contributiva se destina al pago de pensiones –solo lo logran las personas con mejores salarios-. Aunque hay contribuciones a la seguridad social no contributiva, aseguró Martínez, estos servicios “son los que tienen menor calidad”.
Por lo anterior es necesario transitar a sistemas de protección social y laboral más incluyentes y efectivos que aumenten los derechos sociales y aumenten la productividad. “Una forma de hacerlo es pensar en la universalidad del sistema de protección social, que sea incluyente, fiscalmente sostenible y que fomente el crecimiento económico”, señaló la representante del PNUD en México.
México, Chile y Brasil son de los países de América Latina con mayor concentración de ingresos; el 10% de su población captó más del 57% de los ingresos nacionales entre 2019 y 2020, según el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) publicado en junio de este año.