La mayoría de los analistas había calculado un incremento del 0.4% en el índice de precios al consumidor, y del 0.3% para la inflación subyacente. La inflación anual de julio y junio, que se mantuvo en el 5.4%, había sido la más alta registrada en Estados Unidos en 13 años. Este repunte de precios viene dado el gasto de los consumidores y las inyecciones de billones de dólares por parte del Gobierno para paliar la crisis de la pandemia.
La Reserva Federal podría tener razón sobre causas transitorias de la inflación
La Reserva Federal (Fed) ha asegurado, no obstante, que las causas del aumento son "transitorias" y prevé que la tasa de inflación se vaya moderando en los próximos meses. De hecho, la inflación fue menor de lo que esperaban los economistas, y el relajamiento de la presión sobre los precios da méritos al argumento de la Reserva Federal de que los recientes saltos de inflación se deben a factores temporales que se evaporarán a medida que la mayor economía del planeta se recupera tras el golpe infligido por la pandemia de COVID-19.
Los precios de los combustibles subieron a medida que los estadounidenses volvieron a viajar en auto y avión. Los precios de la gasolina subió 2.8% en agosto, el tercer incremento mensual, tras los ajustes por temporada. Han subido 42.7% en el último año, según el informe.
Con información de EFE y AFP.