Entre Moscú y Washington
Pero, al igual que sus vecinos del Golfo, Riad y Doha están actuando con cautela.
Qatar indicó que tiene poca capacidad adicional de producción de GNL y que la cantidad de gas que se puede desviar de los contratos existentes es limitada.
En una cumbre de exportadores de gas en Doha a principios de esta semana, los principales productores, incluido Rusia, dijeron que no podían garantizar los precios ni los suministros.
Arabia Saudita se resiste a producir más crudo
Por su lado, Arabia Saudita, actor clave en la OPEP+ junto a Rusia, no manifestó interés en aumentar la producción de petróleo.
"La OPEP+ manifestó hasta ahora su intención de respetar el acuerdo", dijo a la AFP Amena Bakr, de la oficina de análisis Energy Intelligence, en referencia a las cuotas de producción vigentes de los países miembros.
Cerca de Washington y Moscú, Catar y Arabia Saudita confían en el paraguas militar estadounidense, mientras desarrollan relaciones económicas y políticas con Rusia.
"Arabia Saudita desea mantener a Rusia como socio en la OPEP+", dijo a la AFP Ben Cahill, investigador del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
La crisis actual también brinda a los países productores de petróleo y gas del Golfo la oportunidad de recordar su importancia estratégica, en un momento en que abundan las críticas sobre el impacto de la industria de hidrocarburos en el medio ambiente y el clima.
Qatar espera así obtener contratos de suministro a largo plazo (hasta 25 años), a los que Europa se ha negado hasta ahora.
Los países del Golfo que se enfrentan a su "declive" en un contexto de "transición energética" pueden aprovechar esta oportunidad "para afirmar su importancia en la economía mundial", subraya Karen Young.