El actuario dijo que desde 2020 se inició un plan para comprar tecnología y así homologar la información con los bancos que fueron adquiridos en años anteriores. “Nos dimos cuenta que éramos un montón de bancos que se habían comprado y estaban todos aglutinados dentro de Banorte: estaba Banpaís, Bancentro, Bancrecer, Ixe y el que recientemente compramos: Interacciones”, contó Ramírez.
La historia de Banorte inició en 1986, cuando se fusionó Banco Mercantil de Monterrey y Banco Regional del Norte . En 1992, el empresario Roberto González Barrera compró al corporativo e inició un largo historial de fusiones y adquisiciones. En 1993, se hizo la compra de Afin, dos años más tarde se adquiere Bancentro y dos años más tarde, en 1997, se hizo de Banpaís.
En el 2001 tomó el 100% de Bancrecer y en 2006 adquirió Inter National Bank (que venderá en 2016) y la remesadora Uniteller en Estados Unidos. Un año más tarde, compró la remesadora estadounidense Motran. En 2011 se fusiona con Ixe y en 2018 hace una nueva fusión, ahora con Interacciones.
Ahora, con la adquisición de esta nueva tecnología, Marcos Ramírez explica que el Grupo tiene una “caja multimodal” a la que se le puede enchufar cualquier cosa.
“Podemos comprar tecnología israelita y funciona. La (tecnología) producida en casa funciona; tenemos una caja que funciona multimodal y cuando compras tecnología la enchufa a lo nuevo que viene. Tenemos una cimentación súper sana y super adaptable a las tecnologías”, destacó.
El directivo explicó que cuando se compra un banco nuevo no siempre se tiene definido si se quedan con la tecnología propia o la de ese banco. “Lo que hicimos es totalmente escalable, entonces podemos adaptar cualquier tecnología. Es uno de los orgullos más grandes que tenemos y eso no cualquiera lo puede hacer”.
Con una historial lleno de fusiones y adquisiciones no sería raro pensar en que estuvieran interesados en adquirir Banamex. Incluso, el presidente López Obrador ha declarado que quiere que el banco se “mexicanice” y que sería ideal que empresarios como Carlos Slim o Carlos Hank adquieran al banco.
Citigroup, matriz de Citibanamex, anunció en enero pasado que ponía a la venta el negocio minorista en México , es decir, el negocio de banca, Afore, seguros y crédito a personas; también se pone a la venta toda la infraestructura así como el patrimonio cultural e histórico.
Marcos Ramírez es tajante: “En el caso específico de Citi vamos a evaluar cuando veamos la información. No depende en lo más mínimo de mí, o sea, depende de que se abra la información y ahí ya decidiremos si empezamos el proceso o no”.
El banquero asegura que no ha platicado con su jefe, Carlos Hank, sobre el tema, ya que están esperando información. También dijo que en casos como este, no se gana nada adelantándose.
“Ya hemos hecho muchas fusiones y no ganas nada adelantándote. Lo único que sí te puedo decir es que he visto muchos procesos, ya perdí el pelo”, bromea.
Planes hacia adelante
Banorte se quiere concentrar en crecer y mantener a sus clientes más grandes, uno de ellos es Pemex. El grupo financiero tiene una exposición del 4.8% a la petrolera y sus proveedores, de acuerdo con su información al cuarto trimestre del 2021.
Recientemente, Marcos Ramírez sostuvo una reunión con la petrolera, ya que por lo menos una vez al año debe reunirse con los 15 o 20 clientes más grandes del banco.
"Son juntas muy productivas. Vimos las tareas pendientes que tenemos y es un continuar del negocio. Estamos aumentando (la exposición) el apetito que tenemos es grande siempre y cuando sean bancarizables todos esos proyectos. Estamos metidos en todos y hemos ganado cuota de mercado y queremos seguirla incrementando. La competencia, es dura", dijo Ramírez.
Al preguntarle si un banco como Banorte que está apostando por adherirse a los criterios ESG debería seguir aumentando su participación en Pemex, como petrolera y constructora de una refinería, Ramírez dijo que estas construcciones son necesarias.
"Hoy por hoy no puedes parar una refinería, no puedes, ya quisiéramos todos, no se puede ni nosotros ni en Estados Unidos ni en ningún lado del mundo. Hay lugares donde tienen la nuclear no, no sé si a bueno o malo, pero no la puedes parar", apuntó.
Otro de los retos que tiene el Grupo en los siguientes seis meses, por lo menos, es atender la presión que COVID-19 hizo en el negocio de seguros de vida, ya que 2021 el alto número de muertes provocó una elevada siniestralidad y la contracción de las utilidades de un 45% en el negocio de seguros.
Recuperarse de ese elevado nivel de siniestralidad tomará alrededor de 6 meses, calcula Ramírez. "Aunque dentro de tres meses te digan que ya no se murió nadie de COVID, nosotros todavía tenemos tareas pendientes. Los cálculos actuariales que tenemos es que en 6 meses se estabilice, eso si ya no hay nuevas olas o variantes".
El directivo dijo que la pandemia modificó los cálculos actuariales que se utilizaban en la medición de los seguros de vida.