En diciembre del año pasado, los pronósticos para la inflación avizoraban un panorama más alentador: la estabilidad de los precios, en línea con los objetivos de Banco de México (Banxico), sí era viable para finales de 2022.
En ese momento las previsiones pintaban mejores escenarios pese a problemas como la escasez de dispositivos, semiconductores y algunas presiones de materias primas y de energéticos.
Pero el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania movió todas las proyecciones y uno de los más afectados será el bolsillo de los mexicanos.
De acuerdo con Banxico, ahora la estabilidad de precios será más factible hacia el segundo trimestre, pero de 2023.
Para el periodo enero-marzo de este año se espera, en promedio, el impacto más fuerte, con una variación anual de la inflación de 7.2%. Para los siguientes tres meses, de 6.9%; en el tercer trimestre, de 6.1%, y cerrará el cuarto con 5.5%.
Ya entrado el siguiente año, la inflación se prevé de 4.5% y entre abril y junio se espera que regrese a los objetivos (3%, con una tolerancia de +/-1%), al situarse en 3.4%.
En su más reciente decisión de política monetaria, en la que subió la tasa de interés de 6% a 6.50%, el Banco de México informó que el balance de riesgos para este indicador se deterioró y se mantiene sesgado al alza.
Entre los factores que pueden afectar negativamente el comportamiento del indicador destacan la persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados, presiones externas derivadas de la pandemia, mayores impactos en los precios agropecuarios y energéticos por el conflicto Rusia-Ucrania, y la depreciación cambiaria.
En la inauguración de la 85 Convención Bancaria, la gobernadora de Banxico, Victoria Rodríguez dijo que el mundo y, sobre todo, los bancos centrales, están inmersos en una coyuntura no vista en cerca de cuatro décadas.
“Las cifras de inflación de la mayoría de las economías se encuentran en niveles no registrados desde la década de los ochenta.
“Esto es resultado de choques provocados por la emergencia sanitaria, como por los efectos de una mayor demanda ante las políticas de estímulo para amortiguar el efecto de la pandemia en los países avanzados y, más recientemente, por los causados por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania”.
El economista en jefe de Citibanamex, Adrián de la Garza, dijo en reunión con medios que a México le llueve sobre mojado, porque después de la pandemia y el débil crecimiento que se observa, también hay que considerar la alta inflación que se atraviesa.
La inflación está considerada como un impuesto para los pobres, porque es este estrato social de la población el que más resiente el efecto de este indicador en su poder adquisitivo y en las decisiones de compra de las familias.
Bienes y servicios básicos como el gas doméstico LP, la gasolina de bajo octanaje, la electricidad, la cebolla, el huevo, las tortillas y el aguacate, están entre los que más variaciones de precios al alza han observado en recientes reportes.
