Aunque 137 países pedirán prestado el equivalente a 10.4 billones de dólares en 2022, cifra que se estima será un 30% inferior a la de 2020, el monto global es un tercio más alto al promedio de préstamos entre 2016 y 2019, dijo S&P.
"El endurecimiento de las condiciones monetarias hará subir los costes de financiación de los gobiernos", dijeron los analistas de S&P.
"Esto planteará dificultades adicionales a los soberanos que no han podido reiniciar el crecimiento, reducir la dependencia de la financiación en moneda extranjera y donde las facturas de intereses ya son críticamente altas en promedio".
El endeudamiento de las economías emergentes de Europa, Oriente Medio y África (EMEA) aumentará en 253,000 millones de dólares, hasta el equivalente a 3.4 billones de dólares, para finales de año, dijo el jueves S&P en un informe adjunto.
Egipto, que ha solicitado recientemente la ayuda del FMI, superará a Turquía como el mayor emisor de deuda soberana de la región, con ventas de bonos por valor de 73,000 millones de dólares, prevén los analistas de S&P.
Entre los países más grandes del mundo, Kenia, Egipto y Japón tienen la mayor proporción de deuda que debe renovarse este año, dijeron los analistas, señalando una deuda a corto plazo del 26% y el 30% del total de la deuda en Egipto y Kenia, respectivamente.
La deuda comercial en los mercados emergentes de EMEA aumentará hasta el 37% del PIB desde el 31% en 2016, impulsada por los costes relacionados con la pandemia, un aumento del endeudamiento comercial en Omán y Arabia Saudita y "déficits fiscales persistentemente altos" en Egipto y Rumania.
En todos los mercados emergentes, los analistas de JPMorgan dijeron en una nota el lunes que la tasa de impago de las empresas podría alcanzar el 8,5% este año, más del doble del 3.9% que esperaban antes de que Rusia invadiera Ucrania y la más alta desde la crisis financiera mundial.