La cifra, que responde en buena medida a recortes de las previsiones para China y Estados Unidos, supone una baja de 0.5 puntos porcentuales frente a la estimación del FMI de octubre pasado, cuando la guerra en Ucrania no había comenzado. Frente al informe anticipado de enero, los cálculos apenas cambiaron.
La invasión de las fuerzas rusas a Ucrania en febrero desató otra crisis humanitaria en el mundo y disparó los precios de la energía y los alimentos, lo que añadió más presión sobre las economías latinoamericanas.
"Si bien hay menos conexiones directas con Europa, se espera que de todas formas la región se vea impactada por la inflación y los ajustes de política monetaria", dijo el FMI en un comunicado.
En las economías emergentes, "los aumentos de precios de la energía y los alimentos podrían elevar significativamente los riesgos de conflictos sociales", agregó.
El FMI alertó en particular por los incrementos de tasas de interés que buscan regular la inflación y que van en línea con el ciclo de ajuste iniciado este año por la Reserva Federal de Estados Unidos.
Los bancos centrales de Brasil y México están restringiendo con fuerza los términos de financiamiento, con bruscas alzas de tasas que arriesgan la capacidad de consumo y de acceso al crédito, señaló el Fondo en su reporte.
El FMI dijo que espera un crecimiento del PIB de Brasil de 0.8% en 2022 y de 1.4% el próximo año.
El organismo, que tiene su sede en Washington, llamó a la cautela en el retiro de las ayudas por la pandemia, ya que la recuperación de la emergencia sanitaria ha sido lastrada por la disparidad social y la falta de infraestructura crítica en la región.
Con información de Reuters