En retrospectiva, este término parece cada vez más apto. De hecho, ayuda a marcar un contraste en circunstancias que es analíticamente útil. El “error de diciembre” (la devaluación del peso en diciembre de 1994) fue un evento explosivo, derivado de un proceso de sobreendeudamiento.
El “error de octubre” es una situación de implosión, asociada a un fenómeno de inversión tan baja que el país o bien deja de importar capital o incluso comienza a exportarlo. Ambas son situaciones de crisis, pero de naturaleza distinta.
Más relevante para nuestros propósitos, los dos fenómenos son bien capturados por las cuentas externas. El fenómeno de apalancamiento excesivo detrás del “error de diciembre” se reflejó en un déficit de cuenta corriente (esto es, el ahorro del resto del mundo financia a México) por 6.7% del PIB en 1992.
Por otra parte, el letargo de la inversión al que da origen el “error de octubre” se acentúa con el choque de la pandemia y lleva a nuestro país a generar un superávit en cuenta corriente (México financia al resto del mundo) por 2.4% del PIB en 2020.
Las circunstancias del “error de octubre” son más notables cuando analizamos nuestra Posición de Inversión Internacional (PII). Esta refleja el saldo de lo que el resto del mundo invierte en nuestro país o bien cuánto han invertido los mexicanos fuera de México.
Cuando ‘neteamos’ estas posiciones, encontramos que en el agregado el resto del mundo incrementa su exposición a México en 139,000 millones de dólares (mdd) entre 2016 y el tercer trimestre de 2018. Aparentemente la elección de Donald Trump y la incertidumbre sobre el TLCAN solo tuvo un efecto pasajero sobre la confianza de los inversionistas.
Lo sorprendente es lo que ocurre con la PII entre el cuarto trimestre del 2018 y el tercero de 2021 (último dato disponible). En el neto, hay una caída en la exposición del resto del mundo a activos mexicanos por 17.8 mil mdd. Lo que no logró Trump – espantar capitales – sí parece haberlo conseguido AMLO y la 4T.
Revisemos a mayor detalle el resultado agregado. El aumento en la exposición foránea vía inversión directa es muy moderado (26.4 mil mdd vs. 77.9 mil mdd en 2016-3T18) y la exposición vía portafolio se reduce en el neto en -5.5 mil mdd.
Al interior de la posición de portafolio, la caída en el neto tiene que ver con inversionistas foráneos que muestran menor apetito por títulos mexicanos – el aumento en su exposición por 27.7 mil mdd es modesto en comparación con el desempeño histórico – pero, sobre todo, con un aumento importante de la exposición de inversionistas locales al exterior. Nuestra PII en este rubro sube de 61,000 mdd en 3T18 a 87,000 mdd tres años después.