Los remanentes son recursos que provienen del saldo positivo que resulta de las operaciones que hace el banco central. En función de estos movimientos, se hace un corte al cierre del año y se entrega a la Tesorería de la Federación.
Por ley, el 70% del remanente tiene que destinarse al pago de deuda y 30% al fondo de estabilización de los ingresos presupuestales.
Un factor importante, que ayuda a que dicho remanente se convierta en una ganancia, es la revaluación del monto de reservas internacionales que produce la depreciación del peso. El remanente se calcula una vez cerrado el balance anual de operación del banco central, por lo que la cantidad del remanente no se conoce sino hasta después del cierre del año”, explicó Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody’s Analytics.
En 2021, el gobierno federal tampoco tuvo remanente del banco central debido al desempeño del tipo de cambio en el ejercicio previo: "Derivado de las aplicaciones descritas al resultado del ejercicio 2020, en apego a lo establecido en la Ley del Banco de México, no fue posible asignar recursos a la reserva de revaluación de activos, ni resultó un remanente de operación", informó Banxico el 23 de abril de ese año.
El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio reconoció más temprano que no habría remanentes por parte del banco central.
“No se espera que recibamos remanentes y no es la expectativa del gobierno federal que existan remanentes o que se trasladen al presupuesto, inclusive el presupuesto no considera ninguna de estas líneas de fondeo y no esperamos que existan remanentes”, dijo en conferencia de prensa este viernes.