El estudio señala que la reducción en la esperanza de vida de los mexicanos fue por la carencia en el acceso a servicios de salud.
"El principal insumo para determinar las primas con las que las compañías de seguros salen al mercado, es la tasa de mortalidad y sin duda, la pandemia trajo una sobresiniestralidad inesperada", dijo en entrevista Rubén Illescas, director general de Grupo Interesse.
Las primas son el monto que las personas hacen a una aseguradora al momento de contratar el seguro y estas han visto un incremento en función de la inflación médica, que en 2021 alcanzó niveles del 17%, debido a las compras de emergencia que hizo el sector salud en medicamentos y equipo para tratar COVID-19.
"Los hospitales tuvieron que pagar un sobrecosto para poderlos importar porque es la ley de la oferta y la demanda. Al tener una inflación médica mayor, más el efecto de la pandemia, se disparó la siniestralidad y la reacción inicial fue subir los precios para tratar de nivelar los costos", dijo en entrevista Octavio Careaga, presidente de THB México, una empresa internacional dedicada a la intermediación de seguros, reaseguros y gestión de riesgos.
Los expertos señalan que para medir el riesgo, las aseguradoras tendrán que adecuar sus modelos ajustando tarifas por encima de la inflación médica, tomando en cuenta las tasas de mortalidad entre hombres y mujeres y teniendo en cuenta que COVID-19 llegó para quedarse como un virus que sigue mutando.
Esto podría tener un punto a favor y uno en contra: el beneficio podría ser que la industria considere una población más sana debido a que las personas con alguna comorbilidad falleció en pandemia y esto reduzca el costo de las primas por siniestros menos costosos y del lado contrario, está la incertidumbre de no saber cuáles podrían ser las secuelas de quienes padecieron COVID-19.
"Aún no existen datos que nos permitan identificar cómo va a ser la salud y la esperanza de vida de personas que tuvieron la enfermedad y tuvieron una afectación pulmonar. Lo que está tomando como un denominador del sector asegurador para incrementar las las tarifas es basarse en las expectativas de siniestros futuros", dijo Illescas.
En el corto plazo, y hasta que no se tenga un panorama más certero, las aseguradoras tienen la opción de restringir las coberturas de sus clientes. Es decir, poner un límite a quienes no se hayan vacunado o a quienes hayan padecido la enfermedad. El gasto que han hecho las aseguradoras es tan elevado, que algunas podrían dejar de cubrir la enfermedad a cierto tipo de clientes.
La pandemia de COVID-19 se convirtió el año pasado en la enfermedad más cara en la historia del sector asegurador con más de 3,000 millones de dólares. Pese a los elevados costos que ha tenido la enfermedad algunas aseguradoras han optado por mantener los precios ya que un aumento de precios, en entorno de elevada inflación, de baja penetración de seguros en el país y de salarios que no crecen en la misma proporción que la inflación médica, podría reducir el alcance.
Incluso, para casos de seguros médicos, los incrementos de costos en la industria van de un 15 a un 20%, el porcentaje dependerá de dónde viva la persona y de su sexo.
Illescas cuenta que otros factores que se toman en cuenta para asegurar tanto a hombres como mujeres está basado en cuatro factores. "Lo resumiría en cuatro cosas: tu índice de masa corporal, que esa determina riesgos de obesidad de diabetes, de páncreas, etcétera; la segunda es actividad física: si practicas algún deporte de alto riesgo o competencias que puede generarte un problema posterior, el tercero es si fumas o no fumas, ese dato sí le pegan muy fuerte a la tarifa, y el cuarto es si tienes enfermedades preexistentes", detalló.