A simple vista, países como Arabia Saudita, China, Japón y Suiza están lejos de tener los serios problemas inflacionarios que vive el resto del mundo, ya que registran alzas de precios a tasa anual que van de 2.2% a 3.4%.
Estas cifras están muy lejanas a los máximos históricos que padecen Estados Unidos, Reino Unido e incluso México.
Una primera precisión es que estas naciones no gozan de una baja inflación, sino todo lo contrario.
Esteban Polidura, director de Asesoría y Productos para las Américas en Julius Baer, explicó que estas economías maduras son resultado de una población muy diferente a la de México y donde el dinamismo del consumo también lleva otro ritmo.
Ramsé Gutiérrez Senior Vice President /Co-Director de Inversiones de Franklin Templeton México, señaló que Japón llevaba cerca de 30 años en un periodo de deflación (caída general de precios), por lo que la actual tasa de 2.5% es bastante alta.
“Eso es un problema social porque no estaban acostumbrados a que los precios subieran”, dijo.
“El gobierno japonés tiene una situación de crecimiento económico muy pobre y bajo … y la forma de afrontar este ambiente es al contrario de muchas economías no subiendo tasas, al no hacerlo la moneda está muy castigada, y eso trae consigo otra serie de problemas. Japón es un país muy exportador y al tener una moneda muy castigada puede ser un factor positivo”, comentó por su parte el ejecutivo de Julius Baer.
Los especialistas consultados destacan que el gigante asiático también tiene ciertas características especiales que le permiten tener una inflación anual de 2.5%, sobre todo por los cierres en su economía dado los constantes brotes por COVID.
Pablo López Sarabia, académico del Tecnológico de Monterrey, dijo que China tiene una proyección de crecimiento cercana a 4.4% para este año, cuando en 2021 su Producto Interno Bruto (PIB) subió 8.1%, lo cual refleja que la demanda se ha comprimido, y eso ayuda a contener el alza de precios.
El doctor en Economía agregó que China también cuenta con una moneda muy líquida y que cuenta con la capacidad de sortear, por el momento, los choques energéticos y de alimentos que puedan presentarse.
Gabriela Soni, Chief Investment Officer de UBS México, comentó que la inflación de 3.4% en el país europeo obedece a factores como que los consumidores gastan menos en energía y alimentos, por lo que los precios correspondientes han subido menos.
“Los diferenciales de inflación se deben en parte a las diferencias en la canasta de bienes. En la eurozona, el gasto en energía y alimentos representa alrededor de 30% de la canasta, mientras que en la canasta suiza sólo supone alrededor de 20%. En Suiza se gasta más dinero en los componentes de salud y vivienda, que suelen mostrar una dinámica de precios estable o incluso decreciente en comparación con la eurozona”, explicó la especialista vía mail a Expansión.
Gabriela Soni agregó que la mayor parte de la divergencia se debe a la distinta evolución de los precios. Los de la eurozona, especialmente los alimentos, bienes de consumo y energía, subieron mucho más que en Suiza.
“El mercado de la electricidad para clientes privados en Suiza está regulado y los precios son establecidos en septiembre por la Comisión Federal de Electricidad para el año siguiente. Por ello, en Suiza, no se ve reflejado rápidamente un fuerte aumento en los precios de la electricidad”, añadió.
Pese a tener la tasa de inflación más baja de los países mencionados, con 2.3% anual a junio, los precios en ese país se han venido acelerando fuertemente en los últimos meses, pues en octubre subían 0.8%.
De acuerdo con el sitio Trading Economics, los alimentos y el transporte son los rubros que mayores incrementos han tenido, con 4.4% y 2.5%, respectivamente.
Juan Pablo Sarabia dijo que este país es un fuerte productor de petróleo, lo cual le permite hacer ajustes en sus finanzas para tratar de contener las presiones de los precios que provienen del exterior.
