La libra esterlina caía frente al dólar estadounidense, mientras los futuros preveían una nueva subida de los tipos de interés de 25 puntos base, hasta el 2%, para la próxima reunión del Banco de Inglaterra en septiembre.
La inflación de los precios al consumo en Reino Unido alcanzó en junio su nivel más alto de los últimos 40 años, el 9.4%, más de cuatro veces el objetivo del 2% fijado por el banco central, lo que ha desencadenado huelgas y ha metido presión al eventual sucesor de Boris Johnson como próximo primer ministro británico para que ofrezca más ayudas.
Truss, la favorita, dijo que las previsiones del Banco de Inglaterra subrayaban la necesidad de un presupuesto de emergencia y de recortes fiscales. Su rival, el exministro de Finanzas Rishi Sunak, dijo que era imperativo controlar la inflación para cualquier Gobierno futuro.
El BoE había previsto anteriormente que la inflación alcanzara un pico superior al 11% y que la economía británica no creciera casi antes de 2025.
En sus nuevas previsiones, el BoE prevé que la inflación volverá a caer hasta el 2% dentro de dos años, a medida que el impacto de la economía haga mella en la demanda.
Bailey dijo que los riesgos para las perspectivas del BoE eran "excepcionalmente grandes".
No hay ningún rumbo establecido
El banco central británico ha subido la tasa de interés en seis ocasiones desde diciembre, pero el movimiento de este jueves fue el mayor desde 1995.
La presión sobre el Gobernador Andrew Bailey y sus colegas para que actúen con medidas más amplias se intensificó tras las recientes grandes subidas de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, el Banco Central Europeo (BCE) y otros bancos centrales.
Estos movimientos debilitaron el valor de la libra, lo que puede aumentar la inflación.
El Banco de Inglaterra repitió que estaba dispuesto a actuar con contundencia si era necesario para frenar las presiones inflacionarias más persistentes.
Sin embargo, subrayó que existen incertidumbres "extremadamente grandes" sobre la economía —que podrían hacer que la desaceleración sea más o menos grave que sus previsiones centrales—, y que juzgará cuáles deben ser sus próximos movimientos a medida que se desarrollen los acontecimientos.
"La política monetaria no tiene un rumbo preestablecido", dijo el Banco de Inglaterra. "La escala, el ritmo y el momento de cualquier cambio adicional en el tipo de interés bancario reflejarán la evaluación del Comité sobre las perspectivas económicas y las presiones inflacionistas".
El Banco de Inglaterra dijo que prevé empezar a vender su enorme reserva de bonos del Estado, con ventas activas de unos 10,000 millones de libras al trimestre, poco después de su próxima reunión a mediados de septiembre, con ventas activas de unos 10,000 millones de libras al trimestre.