"Estos son los desafortunados costos de la reducción de la inflación. Pero un fracaso en el restablecimiento de la estabilidad de precios significaría un dolor mucho mayor", agregó.
A medida que ese dolor aumente, dijo Powell, la gente no debería esperar que la Fed cambie con rapidez hasta que se solucione el problema de la inflación. Algunos inversores anticipan que la Fed dudará si el desempleo aumenta demasiado rápido, y algunos estiman incluso un recorte de tasas el próximo año, una perspectiva en la que las autoridades de la Fed se han desmarcado con fuerza en las últimas semanas.
Por el contrario, algunas autoridades han indicado que ni siquiera una recesión les disuadiría si los precios no regresan de manera convincente al objetivo del 2%. Powell no dio indicaciones de cuán altas podrían subir las tasas antes de que la Fed termine con el endurecimiento monetario, solo que se moverán tan alto como sea necesario.
"El registro histórico advierte fuertemente contra la relajación prematura de la política", dijo Powell. "Debemos seguir así hasta que el trabajo esté terminado. La historia muestra que es probable que los costos laborales de reducir la inflación aumenten con retraso".
Resaltando el mismo mensaje de "subir y mantener", el presidente de la Fed de Atlanta, Raphael Bostic, dijo a Bloomberg TV que una vez que la tasa de política monetaria del banco central esté entre 100 y 125 puntos básicos por encima del rango actual de 2.25%-2.50%, "deberíamos quedarnos allí por mucho tiempo".
Los mercados de bonos parecieron tomarse en serio los comentarios que señalaban una senda de tasas de interés más altas durante más tiempo, y los operadores reforzaron las apuestas sobre una tercera alza de tipos consecutiva de 75 puntos básicos en la reunión de política monetaria del 20-21 de septiembre y valoraban que la tasa llegará al rango de entre 3.75%-4.00% en marzo próximo.
El reconocimiento franco de Powell del dolor que se avecina para los hogares "tomó a los inversores por sorpresa y recalca cuán serios son acerca de elevar las tasas para combatir la inflación", dijo Ryan Detrick, estratega jefe de mercado de Carson Group. "La esperanza de un giro moderado fue aplastada, al menos por ahora".
Powell no insinuó lo que podría hacer la Fed en su próxima reunión de política monetaria del 20 al 21 de septiembre, excepto para decir que dependería en la "totalidad" de los datos para ese momento.
Los datos recientes han mostrado una pequeña disminución en la inflación. El índice de precios del gasto de consumo personal, una medida observada muy de cerca por la Fed, cayó en julio al 6.3% anual desde el 6.8% en junio. Las expectativas de inflación basadas en las medidas de la Universidad de Michigan también se moderaron en julio.
No obstante, "la mejora de un solo mes está muy por debajo de lo que el Comité necesitará ver antes de que estemos seguros de que la inflación está bajando", dijo Powell, en referencia al Comité Federal de Mercado Abierto que establece la política monetaria del banco central.
Otras estadísticas han mostrado lo que Powell dijo que era un "fuerte impulso subyacente", con el mercado laboral "claramente desequilibrado", ya que las ofertas de trabajo superan con creces al número de desempleados.
La decisión de cuánto aumentar las tasas "dependerá en la totalidad de los datos entrantes y de la evolución de las perspectivas", dijo Powell, con más informes de empleo e inflación por venir.
La Fed se ha vuelto cada vez más abierta a que sus políticas puedan conducir a un aumento en la tasa de desempleo de Estados Unidos, actualmente en el 3,5%, nivel que no se ha eclipsado en más de 50 años.
Pero para sofocar la inflación, las autoridades de la Fed han dicho que deben frenar la demanda de bienes y servicios, elevando los costos del crédito y encareciendo la financiación de casas, automóviles e inversiones empresariales. A medida que avanza el proceso, como está comenzando a pasar, particularmente en el mercado inmobiliario, las empresas pueden ajustar sus planes de contratación o incluso recurrir a los despidos.
Powell pronunció su discurso ante una sala llena de economistas y autoridades internacionales de política monetaria reunidos para discutir cómo la pandemia de COVID-19 impuso nuevas restricciones a la economía mundial y las implicaciones de eso para los bancos centrales.
La inflación es ahora su principal preocupación, y los comentarios de Powell en el simposio, organizado por la Fed de Kansas City, establecieron un tono que probablemente se registre en los mercados globales. También fue un mensaje que los principales bancos centrales están predicando al unísono de que las alzas de tasas están destinados a desacelerar las economías, y un compromiso que no cesará hasta que la inflación descienda.