En los mercados emergentes, esa proporción se elevó en casi 3.5 puntos porcentuales, al 252% del Producto Interno Bruto (PIB), lo que se refleja "en un mayor impacto de desaceleración" de la economía.
"Las presiones inflacionarias no han sido lo suficientemente altas como para reducir los índices de deuda", dijo Emre Tiftik, del IIF, en un reporte del organismo.
El aumento se produce a pesar de una disminución general de la deuda mundial, que se redujo de 5.5 billones de dólares a 300 billones de dólares en los tres meses hasta fines de junio, la primera caída trimestral desde 2018.
La deuda en los mercados avanzados disminuyó en 4.9 billones de dólares, a poco más de 201 billones de dólares, mientras que una baja proporcionalmente menor en mercados emergentes situó el total en las economías en desarrollo en 99 billones de dólares.
La disminución en el monto total de la deuda fue impulsada por el avance del dólar a cerca de máximos de 20 años frente a otras monedas, así como por una desaceleración en las nuevas emisiones.
Una combinación tóxica de inflación alentada por alzas de los precios de energía y alimentos llevó a las autoridades a elevar las tasas de interés a nivel global en los últimos meses, lo que a su vez amplificó los riesgos de recesión mundial. Mientras tanto, los gobiernos han aumentado el gasto para apuntalar las economías ante el impacto energético.
El informe prevé que la relación deuda-PIB global se incremente en otros 2 puntos porcentuales para fin de año.
Los datos muestran que, hasta agosto, la emisión de bonos de gobiernos en lo que va del 2022 fue un 20%, inferior al mismo período de 2021. La deuda soberana se redujo a 85.8 billones de dólares, pero aumentó un 21% desde 70,7 billones de dólares en el primer trimestre de 2020, según el reporte, que destacó los incrementos de estímulos fiscales durante la pandemia.
La presión alcista sobre los costos de endeudamiento continuará, ya que se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos eleve su tasa de referencia en al menos 75 puntos básicos la próxima semana.
"Podría desarrollarse un aumento significativo en las quiebras (corporativas) a medida que suben los costos de los préstamos, lo que hará bastante difícil para los bancos centrales diseñar un aterrizaje suave sin implicaciones adversas para los mercados laborales", dijo el IIF.