Esto ha provocado un repunte del rendimiento de los bonos del Tesoro estadounidense y una segunda subida semanal consecutiva de las tasas hipotecarias, tras varias semanas de descensos. El retorno de las notas a 10 años US10YT=RR sirve de referencia para las tasas hipotecarios.
En enero, la inflación en Estados Unidos llegó a 6.4%. A pesar de que el índice de precios al consumidor bajó por séptimo mes consecutivo, aún sigue muy lejos de la meta de 2% promedio que tiene la Fed.
La tasa de interés de la Fed está en un rango de 4.5% u 4.75%. El banco central estadounidense apunta a más alzas, pues fata camino para lograr su objetivo de inflación.
Goldman Sachs y Bank of America coinciden en que la tasa de interés de regencia alcanzará un rango de 5,.25% y 5.5%.
Las tasas hipotecarias se dispararon por encima del 7% el pasado octubre, cuando el banco central subió la tasa de referencia en 2022 al ritmo más rápido de los últimos 40 años, pero habían empezado a bajar tras los indicios de que la inflación estaba en declive a finales del año pasado. El sector inmobiliario, sensible a las tasas, se ha llevado la peor parte de las medidas de la Fed.
La nueva subida de las tasas hipotecarias hizo que más compradores potenciales se mantuvieran al margen. El índice compuesto de compra de la MBA, una medida de todas las solicitudes de préstamos hipotecarios para la compra de una vivienda unifamiliar, cayó un 18.1% desde la semana anterior hasta su nivel más bajo desde 1995.
El índice compuesto de mercado de la MBA, que mide el volumen total de solicitudes de préstamos hipotecarios, también descendió un 13.3% con respecto a la semana anterior.
Otros datos del sector de la vivienda revelaron el martes que las ventas de viviendas existentes en Estados Unidos cayeron en enero al nivel más bajo en más de 12 años, pero el ritmo de descenso se ralentizó, lo que suscita un cauto optimismo de que la caída del mercado de la vivienda podría estar a punto de tocar fondo.