"El entorno inflacionario sigue siendo complejo e incierto", señala el documento, que hace énfasis en el comportamiento de los precios de los alimentos.
Al respecto, la mayoría de los miembros señaló que los precios domésticos de los alimentos parecen enfrentar "efectos asimétricos de los choques", pues la disminución en las presiones de las referencias internacionales no se está traspasando al consumidor final a la misma velocidad que las presiones al alza.
La inflación de México desaceleró en la primera quincena de febrero más de lo esperado, a un 7.76% a tasa anual, mientras que la subyacente descendió a un 8.38% anual, según datos oficiales publicados el jueves.
Ambos indicadores se mantienen muy lejos del objetivo de 3% +/- un punto porcentual del banco central, que incrementó a 11% su tasa clave en su más reciente anuncio de política monetaria y anticipó un nuevo aumento, pero de menor magnitud.
Al respecto, la minuta señaló que la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno considera que esa posibilidad se presenta ante la postura monetaria que ya se ha alcanzado y en "función de la evolución de los datos".
La subgobernadora Irene Espinosa opinó que el emisor debe dejar claro que mantiene su camino para afianzar la convergencia de la inflación a la meta, de acuerdo a la minuta.
"Por lo que limitarse a la siguiente decisión y referir un ajuste de menor magnitud implica un elevado riesgo costoso de corregir si los supuestos no se materializan", señala el documento.
En una reciente entrevista con Reuters, el subgobernador Jonathan Heath dijo que México estaría por alcanzar una "tasa terminal" que podría subir a 11.25% u 11.75% y mantenerse allí por "un buen rato" para que pueda surtir efecto sobre los precios y consideró que el alza anticipada en la reunión de marzo "no es un compromiso y siempre dependerá de los datos”.