Para operar en el país y tras la entrada en vigor de la Ley Fintech que se promulgó en 2018, cada una de las empresas buscó una ruta diferente para operar.
Nu, de origen brasileño, consiguió una licencia como Sociedad Financiera Popular (Sofipo) en diciembre de 2022, regulada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) y que le permite recibir depósitos, préstamos de bancos, Afores y aseguradoras, también puede dar préstamos y distribuir seguros.
La Sofipo tiene un seguro de depósito por 25,000 UDI's, que es cercano a 194,000 pesos.
Ahora ofrece cuentas de débito con rendimientos de 9% , tasa que estará sujeta a los movimientos que haga el Banco de México (Banxico) a su tipo de interés. También ofrece tarjetas de crédito con líneas pequeñas para que sus clientes generen un historial y permite que las compras se hagan a meses con y sin intereses.
En el caso de la fintech Ualá, de origen argentino, al principio se concentró en cuentas de débito y en 2021 se convirtió en la segunda fintech que comparaba un banco en México tras anunciar la adquisición de ABC Capital .
La compra tardó más de año y medio en concretarse y, de acuerdo con el fundador, Pierpaolo Barbieri, este era el camino correcto para desarrollar todos los productos que buscan y no adquirir licencias como las Sofipos que son más baratas pero que no les permiten tener tantos productos financieros.
Antes de que Ualá comprara ABC Capital, en un monto no revelado, el banco tuvo que deshacerse de su cartera de crédito antes de concretar oficialmente la operación.
Ahora, con una licencia bancaria, que ayuda a brindar confianza a lo usuarios por el seguro de depósito de 400,000 UDIs (casi 3.1 millones de pesos), también les permite hacer operaciones como la compra de Cetes sin intermediarios. La firma buscará ampliar sus productos que ya incluyen tarjetas de crédito y débito, préstamos, remesas, pago de servicios sin comisiones, recargas de tiempo aire y rendimientos en la cuenta de débito.
La firma también ha apostado por competir con los agregadores o terminales puntos de venta cuya comisión es de 2.99% y permite ofrecer meses sin intereses.
"Las cuentas para menores son centrales para Ualá. En Argentina tenemos 700,000 menores con cuentas pero tenemos que cumplir con las regulaciones locales y ahora que tenemos la aprobación bancaria vamos a expandir productos y servicios, es un producto que nos interesa", dijo Barbieri en una reciente visita a México.
Para ampliar esta operación, Ualá invertirá 150 millones de dólares para los próximos 12 meses.
Mercado Pago optó, por su parte, por tener una licencia de Institución de Tecnología Financiera (ITF), bajo la regulación de la Ley Fintech. Con esta norma no hay un seguro de depósito como en los bancos o las Sofipos.
La firma ha creado un ecosistema en su aplicación que incluye, además de tarjeta de crédito y débito, inversiones -en alianza con GBM-, remesas en asociación con Western Union, pagos de servicios (algunos con comisiones), recargas de tiempo aire y la contratación de seguros, también en compañía de BNP Paribas, Prudential y Klimber.
La app implementó recientemente la compra de criptomonedas como bitcoin y ethereum, lo que permite tener en una sola aplicación el manejo de los recursos.
Mercado Pago ha apostado por ayudar a los pequeños comerciantes a que reduzcan el uso de efectivo con códigos QR y terminales conocidas como Point, un lector de tarjetas que permite aceptar tarjetas de débito y crédito.
No sólo las extranjeras, hay un 'unicornio' mexicano que también compite
Pero no solo las fintechs extranjeras compiten en el sector financiero. Stori es otro 'unicornio' mexicano que tiene una licencia Sofom desde 2018.
Las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Sofomes) están reguladas por la CNBV y Condusef, no tienen un seguro de depósito porque estas figuras no captan recursos de los clientes, solo se dedican al otorgamiento de crédito.
De este modo, Stori da tarjetas de crédito a mexicanos que no tienen un historial de crédito pero Marlene Garayzar, cofundadora y directora de Regulación de la empresa, considera que hacia adelante deberán buscar otra figura que les permita crecer.
"Hoy en día, con la licencia que tenemos es suficiente; en un futuro me gustaría explorar otras opciones o licencias para cumplir el objetivo de ampliar los productos", dijo en Garayzar en entrevista.
La directiva cuenta que la tarjeta de crédito se volvió relevante debido a que nacieron un par de meses antes del inicio de la pandemia, lo que ayudó a las familias a hacer compras en línea y acercarse al comercio electrónico.
Stori cuenta con más de 2 millones de clientes con tarjetas activas, es decir, la usan más de una vez. La tasa de aprobación de las tarjetas van desde los 500 pesos hasta los 10,000 pesos.