Por Manuel Ostos*
Socio Líder de la industria de Consumo de Deloitte Spanish Latin America
En los últimos años el sector de productos de consumo se mantuvo estable debido a diferentes circunstancias favorables. Pero actualmente la inflación récord, problemas en la cadena de suministro, escasez de mano de obra, conflictos globales, cambio climático y posible recesión son factores que elevan los niveles de estrés en las empresas.
Además, a diario se producen importantes cambios demográficos, políticos, ambientales, tecnológicos y culturales que retan a las organizaciones a mantenerse actualizadas sobre cambios en los hábitos de consumo. No es –ni será– tarea sencilla gestionar el crecimiento de ventas y márgenes de utilidad mientras se persigue a un consumidor cambiante en un entorno económico inflacionario y fluctuante.
Para enfrentar los desafíos, las empresas de productos de consumo han centrado sus esfuerzos en emprender acciones que las diferencien y les permitan alcanzar un crecimiento rentable. Estos son algunos ejemplos:
1. Adaptarse al consumidor cambiante. Hacer inversiones que les permitan adaptarse a las tendencias de consumo, ya sea en plataformas directas de atención al cliente, tecnología para mejorar la capacidad de relacionarse con consumidores y empleados, mayor capacidad para personalizar la experiencia de compra, innovación de productos, marketing digital y análisis para identificar oportunidades sobre nuevas marcas y productos.
2. Incrementar su participación en el mercado. Desarrollar planes para aumentar la participación de mercado a través de varios medios. Estos deben incluir la diferenciación de precios y el crecimiento inorgánico, que implica comprar o invertir en un negocio ya productivo que suele generar recursos de forma inmediata.
3. Creatividad y transformación. Adoptar enfoques creativos para la transformación que impliquen, en algunos casos, integración vertical, desinversiones y optimización de cartera. El primer factor puede ayudar a que algunas empresas tengan mayor control de su cadena de valor, garanticen el suministro y protejan los márgenes de aumentos en costos de insumos; en tanto que las desinversiones creativas abarcan empresas conjuntas y asociaciones innovadoras con capital privado para entregar negocios que operarían mejor de manera externa.
4. Manejo de la información. Mejorar las cadenas de suministro con herramientas que perfeccionen la captura de datos y aumenten el nivel de transparencia hacia los consumidores y otros actores involucrados.
5. Priorizar los temas sociales, ambientales y de gobernanza. Poner más énfasis en el cumplimiento de los objetivos Ambientales, Sociales y de Gobernanza (ESG) y aumentar los informes sobre esta materia. Además de volverse más sostenible ambientalmente, aumentar el impacto positivo de la organización en la sociedad, desarrollar estrategias para participar en la economía circular e invertir en Diversidad, Igualdad e inclusión (DEI).
6. Procesos de soporte eficientes. Reducir costos con un mayor enfoque en la experiencia del cliente interno mediante la centralización actividades transaccionales y utilización de tecnologías digitales como la Planificación de Recursos Empresariales (ERP) en la nube, sistemas de ticketing; Estudios Analíticos Avanzados, Automatización Robótica de Procesos (RPA) e Inteligencia Artificial. Los nuevos centros de servicios compartidos se apalancan en trabajo remoto, estructuras organizacionales eficientes y tramos de control amplios.
