Pero el escenario base persiste, indicó, y eso es en gran medida un reflejo de la trayectoria descendente para el desempeño económico de la región vista en la última década.
"Estas proyecciones se dan en un momento en que los países de la región enfrentan un limitado espacio de política, tanto fiscal como monetaria, y un limitado impulso desde el contexto internacional", explicó la CEPAL.
"El bajo crecimiento que se espera que presenten las economías de la región no es solo un problema coyuntural, sino que refleja la caída que se ha venido observando en la tasa de crecimiento tendencial del PIB regional", añadió.
Si bien la ralentización prevista es generalizada, destacan los países del norte con tasas de crecimiento mejores de lo esperado para este año.
En el caso de México, el PIB avanzará un 3.6% en 2023 -una fuerte revisión al alza frente al 2.9% esperado en septiembre- y se expandirá un 2.4% en el próximo año, ayudado por la ola de inversiones externas que se prevén y un dinamismo interno bastante sólido.
La agencia explicó que si bien la inflación ha estado disminuyendo, no se han observado aún los beneficios de los recortes de tasas de interés entre las principales economías, como Brasil, de modo que los costos de financiamiento siguen constriñendo la capacidad de tomar deuda y elevar el consumo.
A ello se suma la debilidad de China y la crisis de su sector inmobiliario que incide en sus compras de materias primas de las que dependen países mineros como Perú y Chile.