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#Entrelíneas| Elecciones 2024: ¡Viva el superpeso!

La incertidumbre siempre es innata a cualquier proyección económica. Es un riesgo no medible y un componente que puede descomponer cualquier pronóstico. El tipo de cambio no escapa a ello.
lun 04 diciembre 2023 05:28 AM
Mexico coins and US dollar banknotes in macro photo. Economy and finance.
El super peso aún no se exprime en los discursos politicos pero en algún momento se le sacará jugo.

El valor de la moneda mexicana pasa por un buen momento. El peso inició diciembre con el pie derecho pues el pasado viernes se apreció ante el debilitamiento del dólar. Si bien hace unas semanas se hablaba de su depreciacion, el peso está de regreso y, así, el tipo de cambio puede convertirse en un activo con filo político.

La incertidumbre siempre es innata a cualquier proyección económica. Se trata, en realidad, de un riesgo no medible, por lo que es un componente que puede descomponer cualquier pronóstico. El tipo de cambio no escapa a ello. Sin embargo, dadas las actuales condiciones, el super peso es, y puede seguir siendo, muy rentable políticamente hablando.

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En México, ciertamente, los temas económicos no son tan pegajosos en las campañas electorales. El asistencialismo, la seguridad, impactan mucho más. Pero, finalmente, de algún modo inciden para fortalecer o debilitar percepciones a la hora de votar.

¿Qué puede pasar en 2024?

De acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, México crecerá solo 2.5% en 2024, lo que significaría una desaceleración a raíz del crecimiento de 3.4% esperado para 2023.

Al mismo tiempo, destaca que el nearshoring y la inversión en proyectos de infraestructura pública serán dos de los motores del crecimiento de la economía mexicana, al margen de la caída en las exportaciones que pudiera registrarse ante una eventual ralentizaciòn de la economía estadounidense.

Manuel Sánchez, economista y exsubgobernador del Banco de México (Banxico), espera un tono prudente en la política económica del país para 2024, pero advierte de ciertas incógnitas que podrían perturbar el horizonte, particularmente en la politica fiscal. “México tiene que tener más cuidado con su politica fiscal. El actual déficit fiscal no se había visto en muchos años y ello podria provocar una cierta turbulencia financiera”.

En efecto, la carátula de las finanzas públicas no se ve nada bien. Así como van las cosas, la siguiente administración tendrá que hacer un ajuste brutal en las finanzas públicas de más de 2 puntos del PIB ya sea en gasto o a través de un incremento en los ingresos vía alguna reforma fiscal. No podemos ir con una trayectoria insostenible de la deuda pública.

Esta es la principal red flag para 2024. El círculo rojo sostiene que se trata de un dardo envenenado para el próximo gobierno, sea del partido que sea, pues deberá apretarse el cinturón porque de otra manera sí podemos entrar a un episodio preocupante de inestabilidad financiera.

Bajo ese entorno, es interesante tener una mirada sobre las narrativas que las futuras candidatas presidenciales podrían desplegar para fortalecer o destruir las percepciones alrededor de la económia.

El nearshoring será una de esas zanahorias. El partido en el poder pregonará que la marabunta de inversiones ya está aquí, mientras que la oposición podria argumentar que la relocalización de las cadenas de suministro cuenta con varios desafíos (infraestructura, demanda energética e hídrica, talento). En cualquier caso, la recomendación es no empalagarse con algo que puede venir al alza pero que quizá no vendrá con el grado con el que lo imaginamos.

Pero la narrativa que se puede utilizar desde ya está relacionada con el comportamiento que está registrando el tipo de cambio. Contexto: José López Portillo, durante su administración, acuñó una frase que hoy se adapta perfectamente a las circunstancias: “Presidente que devalúa, se devalúa”. Actualmente, el peso flota y, eso, puede dar lugar a un manejo polìtico bastante conveniente para el partido en el poder.

Al respecto, el ex subgobernador de Banxico comparte una de las razones por las cuales el peso está de fiesta:

“Los economistas somos muy creativos para decir por qué se fortalece el peso, pero lo único que sabemos es que hay un gran apetito por nuestra moneda y lo que se nos olvida es que el peso es de las monedas más negociadas en el mundo y el valor de negociación es de arriba de 100,000 mdd diarios. Es decir muchos de los factores a los que muchos economistas hacen referencia sobre el peso simplemente no tienen sentido.

“La mayor parte de las transacciones en que se involucra nuestra moneda ocurren fuera de nuestro territorio, incluso, en donde las dos contrapartes del intercambio monetario están domiciliadas fuera del país y ni siquiera entran en la balanza de pagos”.

Dados los tiempos rumbo a la sucesión, y con todo y que las narrativas económicas no son el principal gancho electoral, el super peso aún no se exprime en los discursos politicos pero en algún momento se le sacará jugo, siempre y cuando mantenga la tendencia actual. Lo que pegará, y mucho, será la politica de transferecias sociales. Pero, esa, es otra historia.

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En términos macroeconómicos, durante 2023 se materializó un escenario de inflación persistente y desaceleración económica global sin recesión, y ahora volvemos al ejercicio de todos los cierres de año basado en la construcción de escenarios para el próximo, de tal manera que es tiempo de repetir la frase de siempre: vienen doce meses con un alto grado de incertidumbre.

2024 seguirá arrastrando sucesos que siguen rondando entre nosotros (crisis climática, la guerra en Ucrania), lo que podría mantener una alta inflación, así como circunstancias con filo político que perturbarán el curso de las economías (el conflicto en Medio Oriente).

La política podría modificar las reglas del juego económico. El próximo año tendrán lugar más de 70 elecciones en todo el mundo, que impactarán en aproximadamente 4 mil 200 millones de personas y esto puede dar paso a un mundo más complejo y amenazante. Por otro lado, la transición energética influirá en la geopolítica y los países que cuenten con litio, cobre y níquel serán los grandes ganadores.

Las tensiones geopolíticas, visto así, podrían escalar.

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Nota del editor: Jonathán Torres es socio director de BeGood, Atelier de Reputación y Storydoing; periodista de negocios, consultor de medios, exdirector editorial de Forbes Media Latam. Síguelo en LinkedIn y en Twitter como @jtorresescobedo . Las opiniones publicadas en esta columna pertenecen exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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