"Lo que se podría esperar de nuestra parte es un cambio en perspectiva, ya sea de estable a positiva o estable a negativa, lo más probable es que sea la última", dijo.
Fitch Ratings mantiene una calificación de BBB-, con perspectiva estable, las más baja de todas las agencias calificadoras, pues está a un escalón de la "no inversión".
Pero la agencia observa que las finanzas externas son solidas, aunado a una credibilidad del Banco de México. Tampoco descarta algún impacto negativo por la aprobación de la reforma judicial, no obstante, es muy pronto para medirlo.
"La reforma que más preocupa y más ruido hace es la del Poder Judicial, claramente observamos que esto tendrá un impacto negativo sobre el perfil institucional del país, sobre todo en la vulnerabilidad y autonomía del Poder Judicial", comentó Carrillo.
Carrillo apuntó que la próxima presidenta, Claudia Sheinbaum, va a recibir una economía estable y se anticipa una política monetaria y fiscal cautelosa para contener desequilibrios macroeconómicos.
El ojo sobre inversiones
Por su parte, Omar De la Torre, analista de Standard & Poor's (S&P) Global Ratings, aseguró que la agencia no tiene una preferencia sobre si se deben elegir jueces.
Pero también estará atento para ver si la reforma judicial de México afecta las inversiones o las cuentas fiscales, lo que sí puede tener un impacto negativo en la calificación crediticia de México, de acuerdo con un reporte de Bloomberg.
La calificación de S&P para México es de BBB, con perspectiva estable y la mantiene desde marzo de 2020.
De la Torre dijo que el fracaso en la reducción del déficit y el aumento de la relación deuda/producto interno bruto por encima de 50% podrían llevar a una acción crediticia negativa, sin embargo, espera que el nuevo gobierno mantenga la prudencia macroeconómica.