“Este efecto económico depresivo se conoce como el ‘ciclo político de la economía’, y ha estado ininterrumpidamente presente en las últimas cuatro décadas. Por lo que lo menos que se puede esperar en este cambio de gobierno es un debilitamiento de la actividad económica, la cual podría convertirse en contracción económica si empeora el clima de negocios y arrecia la incertidumbre ante las primeras acciones del nuevo gobierno y la falta de experiencia en el manejo de la política y administración de riesgos”, advirtió Coutiño.
La semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ( OCDE) redujo su perspectiva de 2.0% en mayo, para el PIB mexicano, colocándola en 1.2%. "La demanda interna ha impulsado la actividad en Brasil, India e Indonesia, pero se ha desacelerado en México, donde el sector servicios ha perdido impulso", apuntó el organismo internacional.
“Sí existe la posibilidad de una contracción económica, una recesión, es una situación complicada, es una economía que está desacelerándose. Hay algunos factores que van a provocar esto (...) si bien la política monetaria va a ser cada vez menos restrictiva, la política fiscal podría ser muy restrictiva y eso podría generar una caída en la demanda agregada y por tanto una caída en la producción”, explicó Rodolfo Navarrete, economista en jefe de Vector Casa de Bolsa, institución que prevé un crecimiento del PIB de 1.4% para 2025.
La política fiscal se vería restringida, además por el cambio de gobierno, por el compromiso de la administración pública de reducir el déficit presupuestario, que se prevé reducir de 5% del PIB en 2024, a 2.5% en 2025, lo que implicaría recortes y ajustes al gasto público.
Por ello, los analistas esperan, para terminar de ajustar sus pronósticos, la propuesta del Paquete Económico 2025, que estará a cargo de Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda, y quien tiene como fecha límite el 15 de noviembre para presentarlo al Congreso.
“El problema para el próximo año está relacionado fundamentalmente con las finanzas públicas. Cuando salga el Presupuesto, vamos a revisar esa cifra (de 1.4% para 2025)”, agregó Navarrete.
Víctor Ceja, economista en jefe de VALMEX descartó esta posibilidad pues "desde la última crisis fuerte en México, en 1994, ha habido cambios fundamentales que han permitido que la transición de gobierno sea más suave".
“Para 2025 tenemos una previsión de 1.4%, no vemos una recesión, tendrían que pasar cosas extraordinarias, por ejemplo, una desaceleración abrupta de la economía estadounidense, pero no lo vemos; un ajuste al gasto público muy fuerte, o conflictos geopolíticos que pueden generar impacto a nivel global”, comentó Ceja.
Pero advirtió que de no reducirse el déficit presupuestario al cierre de 2025, sí puede llegar una desaceleración de la economía en 2026 o 2027, pues las calificadoras de crédito rebajarían la nota de México, lo que implicaría una salida de capitales, además de una fuerte depreciación en el tipo de cambio, y mayores tasas de interés para evitar esa salida de capitales.
El ciclo político de la economía no es exclusivo de México, ya que también se hace presente en algunas economías emergentes, sobre todo en aquellas en el que el ejercicio del presupuesto carece de blindaje ante la transición política. Sin embargo, “entre las principales economías de la región, México es el país en donde el ciclo político es todavía un determinante muy importante del rumbo de la economía cada seis años, esto debido a la falta de arreglos institucionales que aseguren un ejercicio del presupuesto sin interrupciones ante el cambio de gobierno”, agregó Coutiño.