La economía del conocimiento: ante el reto de capacitación y la adaptabilidad

No obstante, resaltaron que nuestro país requiere de la implementación de modelos educativos que respondan al mismo ritmo que las nuevas realidades, principalmente en las universidades, así como fomentar la innovación para aprovechar el talento existente

“El reto es la adaptabilidad al cambio”, afirmó Zepeda durante el panel.

La educación debe estar en el centro

El rector de TecMilenio consideró que México y el mundo viven un punto de inflexión ante las nuevas tecnologías. Sin embargo, planteó el renacimiento de las humanidades y el impulso de competencias “más humanas” para alcanzar un equilibrio.

“Soy una persona muy optimista (...) y creo que estamos en un punto de inflexión muy importante en el mundo. Estamos ante la posibilidad de una humanidad aumentada, creemos que todo mundo debería aprender habilidades digitales”, comentó.

El especialista sostuvo que nuestro país tiene ventajas comparativas en esta materia, como su geopolítica, pero enfatizó la importancia de poner la educación en el centro.

“Soy muy optimista para el mundo y para México, hay muchas cuestiones geopolíticas que juegan a nuestro favor, el nearshoring y la educación deben estar en el centro de esto. La educación es muy importante”, comentó.

“Tenemos que concentrarnos no en el transmitir el conocimiento, (...) tenemos que ayudarles a los estudiantes a adquirir las competencias ¿qué competencias? las competencias relevantes para el mundo laboral y las competencias más humanas. No somos máquinas, somos seres humanos”.

Zepeda enfatizó que ante los cambios actuales, que calificó de vertiginosos, se necesita acelerar la respuesta no sólo desde la Iniciativa Privada, sino también desde el sector púbico y las instituciones educativas.

“La realidad es que las oportunidades de México y el mundo se deben dar en colaboración, no sólo entre empresas, sino entre todos, me encanta la idea de colaborar todos”, manifestó.

“Hay muchísimo talento en el país, necesitamos que la educación de calidad sea más asequible. Veo un México que, si se abre al mundo, si logramos esa colaboración entre todos, pronostico que México sea una de las economías más importantes del planeta”, refirió.

‘Hay potencial impresionante’

Jiménez también se dijo muy optimista de las nuevas tecnologías, pues ve un potencial “muy impresionante” en México, aunque subrayó la necesidad de impulsar a la par las energías limpias y bajar la huella de carbono.

“Lo tomamos (cambios) de una forma excelente, la inteligencia artificial es un aliado estratégico. Compartimos el optimismo. (Pero) es una responsabilidad compartida, nosotros también tenemos que hacerlas asequibles a las instituciones”, mencionó.

Reconoció que falta divulgación, a pesar de que “el talento existe”, y propuso una mayor colaboración entre las empresas y las instituciones de educación superior, por ejemplo, para certificar a estudiantes e investigadores y actualizar los planes de estudio.

“El reto también es poder determinar y diseñar también este temario de contenido para que los alumnos lo puedan aprovechar de mejor forma”, agregó Jiménez.

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La tecnología no es buena ni mala, depende del uso que se le de

Marco Casarín, director general de Meta México, consideró que el uso de la tecnología no es bueno ni malo, todo depende del uso que se les dé. Por ejemplo, hoy la economía del conocimiento se está acelerando y está permitiendo tener grandes desarrollos.

“Yo no considero que la tecnología en sí, per se, igual que la ciencia el conocimiento es bueno o malo, es el uso que le demos sea el correcto, que genere bienestar”, indicó.

En el caso de Meta, ejemplificó, han ayudado a la comunidad de 4,000 millones de personas a crear conexiones significativas , que se basan en valor.

“Nosotros estamos trabajando para que esa inteligencia artificial sea de alguna manera integrada, sea segura, sea asequible para todas las personas”, destacó.

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Consideró que gracias a la tecnología y a la inteligencia artificial, el conocimiento cada vez es más accesible, pero ahora el reto es ponerlo en práctica.

“Hoy los datos, la analítica, cómo se traduce eso en información, es más simple que antes. Por lo tanto, crear conocimiento y profundizar es algo que se va a simplificar, pero viene esa parte de la humanización, donde nosotros generamos un beneficio y un bienestar y es cómo aterrizas tu conocimiento al final tenía una experiencia práctica”, indicó.

Agregó que, más allá de las habilidades tecnológicas, se requiere que los colaboradores tengan otras competencias como la capacidad de autocrítica y de investigar.

“Necesito gente que tenga capacidad de autocrítica, necesito gente que sepa colaborar, necesito gente que sepa investigar, necesito gente que sepa tomar una iniciativa, necesito gente que tenga un criterio en su decisión porque esa formación de habilidades blandas o humanas es algo que toma mucho tiempo y mucha disciplina, porque es cierto, tú puedes tener una serie de habilidades y competencias duras, pero cuando llegas al mundo empresarial tienes que utilizar todo lo que aprendiste”, refirió.

Marco Casarín aconsejó no perder la curiosidad y generar un criterio propio.

“Yo sí creo en la gente que es curiosa toda la vida, de la curiosidad que los creó en hombres y mujer que es como nacemos, curiosos de cómo exploramos nuestro mundo, nuestro entorno... genérense un criterio propio de todo lo que escuchan y lo que ven, la información puede ser correcta o incorrecta y está en ti en definir con qué te quedas”, sugirió.

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Los grandes problemas pueden ser resueltos por la economía del conocimiento

Mónica Porres, rectora institucional de la Universidad del Valle de México, aseguró que la economía del conocimiento permite la solución de grandes problemas, pero ahora el reto es preparar a los estudiantes para el uso de la tecnología.

“La economía del conocimiento nos va a llevar a la solución de problemas que todavía no han nacido y que los estudiantes van a tener que resolver, no sabemos cuáles, pero sí sabemos por ejemplo lo que está pasando con la tecnología”, afirmó.

Uno de los desafíos en la era de la inteligencia artificial, es que los niños y jóvenes sepan plantear buenas preguntas y enseñarlos a investigar.

“Tenemos que brindar información de más calidad y para que eso pase también tiene que haber una investigación profunda desde las diferentes áreas del conocimiento, entonces tenemos que hacer un recorrido desde que nuestros niños empiezan a leer, empiezan a contar y de ahí hacia arriba con todas las competencias que queremos desarrollar hasta las más fundamentales”, señaló.