Los países que han logrado combatir con éxito a la pobreza en el siglo XXI son los que han invertido en conocimiento. Los cambios tecnológicos han provocado cambios en la forma en que el conocimiento se incorpora a la economía.
Los países que tienen como eje central a la educación y al conocimiento incentivan la inversión en capital humano porque es la que permite mejorar las habilidades de las personas para que puedan desempeñar mejores trabajos y no solo eso, les permite adquirir habilidades para que puedan inventar e innovar con el objetivo de crear nuevos conocimientos e ideas.
Estos nuevos productos e ideas se convierten en nuevos servicios que permiten mejorar el bienestar de la población. Ejemplos de las áreas donde la economía del conocimiento ha logrado tener un importante impacto es en la robótica, telecomunicaciones, industria aeroespacial, nanotecnología, informática entre otros.
En México desafortunadamente no hemos hecho ese cambio hacia la economía del conocimiento, seguimos pensando que si solo se invierte en infraestructura podremos llegar a alcanzar a los países desarrollados. Llevamos muchos años de atraso educativo y bajo nivel de inversión en investigación y desarrollo.
Los modelos de negocio en algunos años van a estar ligados a la economía del conocimiento, los cambios tecnológicos pueden atraer cambios en la productividad y cambios en la creación de empleos impactando en las cadenas de valore de la empresa.
Por esta razón, una verdadera transformación en nuestro país deberá ser cuando tengamos gobiernos que inviertan fuertemente para mejorar la calidad educativa. Si bien ha sido un sector abandonado desde hace muchos años, en pleno siglo XXI el acceso a la educación en México sigue siendo desigual y afecta a los grupos más vulnerables, particularmente en las zonas rurales.