Es probable que sus declaraciones sean las últimas antes de un período de silencio para las autoridades de la Fed que inicia el sábado antes de la reunión del 17-18 de diciembre. Previo a sus comentarios, los inversores se habían inclinado por la expectativa de un tercer recorte consecutivo de los tipos en ese encuentro.
Los comentarios de algunos de los principales colegas de Powell esta semana apuntaban en esa dirección, con el gobernador Christopher Waller diciendo el lunes que se "inclinaba hacia" un recorte en la próxima reunión, incluso mientras otros se negaban a comprometerse de antemano con ese resultado.
Las declaraciones de Powell del miércoles parecen alinearlo con ese bloque más cauto de responsables monetarios y se hacen eco en gran medida de su última aparición pública a mediados de noviembre, cuando dijo que la Fed podría deliberar "cuidadosamente" sobre sus recortes de tasas y que no tenía por qué tener prisa.
Los datos de inflación y empleo desde entonces, y los comentarios de Waller en particular, han hecho subir sustancialmente las expectativas del mercado de otro recorte de un cuarto de punto en el tipo de referencia, hasta un rango de entre el 4.25% y el 4.50%. Los comentarios de Powell del miércoles no cambiaron mucho esta situación.
El presidente de la Fed ha insistido en la necesidad de que el banco central mantenga abiertas sus opciones en un momento de mayor incertidumbre sobre la forma de la política económica más amplia en el próximo año, cierta preocupación de que su progreso en materia de inflación se haya estancado y pruebas de que se ha evitado la temida caída del mercado laboral.
El miércoles, los jefes de los bancos regionales de Richmond y Saint Louis, se aferraron a ese planteamiento de mantener abiertas todas las opciones.
El presidente de la Fed de Saint Louis, Alberto Musalem, dijo en una conferencia sobre política monetaria organizada por Bloomberg: "Mantengo todas las opciones abiertas". Añadió que examinará los datos que vayan llegando antes de decidir si es necesario volver a bajar los tipos dentro de dos semanas.
El presidente de la Fed de Richmond, Thomas Barkin, dijo en el Consejo de CFO de CNBC que cree que tanto la inflación como el empleo van en la dirección correcta, pero que con más datos por llegar antes de la reunión, no prejuzgará el resultado.
Una medida clave de la inflación, el índice de precios de los gastos de consumo personal, que excluye los costos de los alimentos y la energía, ha oscilado entre el 2.6% y el 28% desde mayo, muy por sobre el objetivo del 2% fijado por el banco central.
Aunque los funcionarios de la Fed afirman habitualmente que creen que las presiones sobre los precios aún están a punto de remitir, con una ralentización en tiempo real de los costos de la vivienda en particular, que aún no se refleja en los datos rezagados del Gobierno, también querrán pruebas de ello antes de recortar mucho más las tasas.