El martes, el presidente de la Fed, Jerome Powell, reiteró en una audiencia con senadores en el Congreso que la institución no tiene "prisa para ajustar" la política monetaria.
Sin ceder a las presiones del presidente Trump y en un contexto de indicadores económicos estables, con apenas un ligero repunte en la inflación, los directivos del banco central decidieron a fines de enero mantener las tasas entre 4.25% y 4.50%, todavía por encima de su objetivo a largo plazo de 2.0%.
"Sabemos que flexibilizar la política muy rápido o demasiado podría obstaculizar el progreso en la inflación", dijo Powell.
Trump tiene poca influencia directa sobre la Fed, pero desde que regresó a la Casa Blanca el 20 de enero ha pedido en varias ocasiones una reducción de las tasas.
El lunes, la administración de Trump estableció aranceles aduaneros de 25% sobre las importaciones de acero y aluminio.
El mandatario también ha amenazado con aranceles generalizados a todos los productos de los principales socios comerciales de Estados Unidos, medidas que probablemente subirían los precios en el país.