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Las 10 claves del management empresarial de Lorenzo Servitje

Expertos en negocios familiares desmoronan las claves del éxito del fundador de Grupo Bimbo.
vie 03 febrero 2017 10:36 AM

La separación entre los intereses de la familia Servitje y su negocio, así como la metódica organización, constancia y disciplina que Grupo Bimbo llevaba en sus procesos, hizo que la panificadora más grande de México se convirtiera en un ícono del management para otras empresas familiares.

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El 2 de diciembre de 1945 cuatro accionistas treintañeros, con cinco productos, 38 trabajadores y 10 vehículos le dieron vida a Bimbo en la planta de Santa María Insurgentes en la Ciudad de México, relata Silvia Cherem autora de 100 Rebanadas de sabiduría empresarial, un recuento de las lecciones que recopiló de Lorenzo Servitje Sendra, fundador de la firma.

Hoy Bimbo tiene presencia en 22 países y sus ingresos llegan a 219,186 millones de pesos (mdp), lo que la colocó en el décimo lugar en el conteo de Las 500 empresas más importantes de México de Expansión en 2016.

La panificadora cuenta con 171 plantas distribuidas en América, Asia, Europa y produce más de 10,000 productos que se distribuyen en 53,000 rutas alcanzando 2.3 millones de puntos de venta. ¿Pero cómo lo logró? Los expertos en negocios familiares desmoronan las claves del éxito de la panificadora:

1. Gobierno Corporativo

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Establecer las reglas claras del juego le permitió a la empresa tener una familia que pudiera tomar decisiones consensuadas y no viscerales, reflexionan expertos.

“Cualquier empresa de todas las que han pasado de 100 años tienen reglas claras en su gobierno corporativo y en su familia, cada quien sabe qué papel desempeña, quienes son los accionistas, etc. Y Bimbo lo supo muy bien desde hace años”, dijo el director de Empresas Familiares y Gobiernos Corporativos del Tec de Monterrey, José Trujillo.

2. Manuales

Desde el origen del negocio, “Don Manualito” como era llamado Lorenzo Servitje, por su necesidad de elaborar un manual para todo, detalla Cherem, tuvo clara la repartición de tareas y trabajaba con responsabilidad excesiva, bajo una política de austeridad y reinversión continua.

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3. Transparencia

Cuando se pierde la confianza vienen los problemas, por eso en la familia como en la empresa, la comunicación y rendición de cuentas es primordial. “La falta de información es lo que genera conflicto”, señala el socio de Gobierno Corporativo de Deloitte, Daniel Aguiñaga.

“El Consejo de Administración de Bimbo lleva a cabo reuniones con los consejeros patrimoniales e independientes y distribuye previamente la información a tratar con cinco días de anticipación para que llegada la reunión se aclaren dudas y se le dé seguimiento a los temas”, detalló el director de la consultora de empresas familiares ACAD, Guillermo Cruz.

4. Sucesión planeada

La filosofía de Lorenzo Servitje planteaba que no existiera ninguna persona indispensable para el negocio. Cuando inició su empresa ya sabía cuál era el objetivo y los fines que buscaba, sabía que llegaría a los 60 y que debía existir un sucesor, aseguró Trujillo.

“Por eso el proceso de acompañamiento tanto del que se iba como del que llegaba fue un proceso preparado y planeado”, dijo.

Por su parte, Guillermo Cruz sugiere que los fundadores se retiren de la operación del negocio a los 65 o 70 años y del Consejo de Administración a los 75 u 80.

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5. Expansión

Cuando Bimbo cumplió cinco años de operación, una empresa texana intentó comprarla, pero venderla era como “vender a un hijo”, relata Cherem, así que don Lorenzo decidió tomar el riesgo y expandir el negocio familiar.

La panificadora se adapta a los lugares a los que llega, no impone su modelo. “Busca los negocios que mayores posibilidades tienen en la región a la que llega y va introduciendo poco a poco sus productos”, explicó Trujillo.

6. Sueldos equilibrados

En su libro 100 Rebanadas de sabiduría empresarial, Cherem cuenta que el salario de Servitje correspondía al tiempo que le dedicaba en horas a la empresa. Esta política la mantuvo siempre por respeto a sus socios y por un asunto moral.

7. Cuidado en la imagen

Desde la creación del negocio, Don Servitje estipuló que la imagen de la empresa debía estar en todas las envolturas, camiones de reparto y en toda la publicidad inicial.

De acuerdo con la política del empresario—hasta estos días—indica que los camiones deben estar impecables, los vendedores deben estar limpios, “bien planchados” y con corbata distintiva, ser puntuales, tener el cabello corto y estar rasurados, detalla Cherem.

8. Inversión en publicidad

Bimbo fue un referente en la inversión en publicidad en el sector de panaderías. En 1945 invertía el 3% de las ventas totales de su negocio en darse a conocer.

El día que abrió la planta se anunció en las estaciones de radio XEW y en la XEQ y publicaron en páginas de varios diarios de la capital, describe Cherem.

9. Sin favoritismos

“En un negocio familiar, un hijo no debe ser jefe por el simple hecho de su parentesco. Solo quien tiene capacidad de liderazgo, conocimientos y vocación de servir debe dirigir”, le dijo Servitje a Cherem durante su entrevista.

Las nuevas generaciones, ya se preparan para tomar el lugar de Daniel (hijo de Lorenzo Servitje), el actual director de la empresa. “Son personas que han hecho maestrías en el extranjero y que hoy dirigen empresas”, dijo el fundador de Bimbo a Cherem.

10. Capital humano

Desde su fundación, “Don Manualito”, como le decían sus allegados, dio el crédito del éxito de la compañía a todos sus colaboradores. Para lograr su compromiso con la organización ofrecía cursos de capacitación constantes y los incentivaba a terminar sus estudios de secundaria y preparatoria abierta. Además mantenía comunicación constante y directa con ellos para evitar malos entendidos y rumores.

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