Tráfico Bazar, el emprendimiento que fomenta el consumo de productos mexicanos
Mariana Valdelamar es diseñadora. Cuando empezaba, enfrentó un problema que también aqueja a otros jóvenes creadores: la falta de espacios para vender sus productos. Pero no se quedó de brazos cruzados. Se organizó con otros colegas que padecían la misma situación y, en 2009, llevaron a cabo la primera edición de Tráfico Bazar, un mercado itinerante en la Ciudad de México. La iniciativa da oportunidad a productores mexicanos de comercializar sus artículos. Se enfoca en el diseño, pero también han abierto espacios para música, gastronomía y productos naturales de cuidado personal.
Al inicio el equipo encontró varias trabas gubernamentales para desarrollar su proyecto. La hoy CEO de Tráfico Bazar señala que presentaba su idea a delegaciones y otras instituciones, como el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve), pero siempre fue rechazada. No les asignaban un lugar para establecerse, ni quisieron apoyar con subsidios o patrocinios. “Buscábamos algún lugar público en donde pudiéramos llegar a más gente y nos encontramos con las puertas cerradas. Muchas veces también nos robaron el proyecto y el concepto”, expresa.
Su primer acercamiento con los participantes fue al buscar enlaces con diseñadores conocidos. Así, el primer lugar que utilizaron fue un espacio rentado a un amigo del colectivo, donde ahora se encuentra el club social Rhodesia, en la colonia Roma.
Para lograr juntar a un grupo interesante de productores, Valdelamar contactó a varios conocidos, que tuvieron interés en participar. Ellos, a su vez, hablaron con más compañeros, hasta que lograron reunir a los 35 diseñadores que conformaron la primer edición.
En el último evento, en febrero, el número fue de 100 expositores, aunque su máximo ha sido de 170, en la edición especial celebrada en el Campo de Marte. En el primer evento, los diseñadores vendieron entre 8,000 y 15,000 pesos cada uno. Ahora la venta es de 15,000 a 40,000 pesos por diseñador y su sede base es el Centro Gallego, también en la Roma.
El modelo de negocio cobra una tarifa a los expositores, pero no pide comisiones de acuerdo a las ventas, porque quiere que los diseñadores conserven sus ganancias. La inversión incial de Valdelamar y sus socios fue de 60,000 pesos. Aunque los gastos se recuperaron y el grupo registró ganancias, el negocio se hizo completamente redituable en el tercer año de trabajo.
Sus eventos han llegado a tener hasta 20,000 visitantes por fin de semana. La afluencia del bazar se debe a que se comercializan productos y servicios de todos los precios y para todos los niveles socioeconómicos y edades, sostiene Valdelamar. “Varía en cada edición pero sí tenemos productos desde 50 hasta 4,000 pesos. Cuando hay expositores de diseño de interiores o mobiliario, pueden llegar hasta 8,000 o 10,000 pesos.”
Varias de las marcas que han colaborado en el bazar han crecido tanto que decidieron seguir su camino de una manera establecida. Es el caso de SONA Centro, despacho de arquitectos que ya cuenta con oficinas en un espacio de co-working, en el Centro Histórico.
Su siguiente paso es salir a otros estados y, posteriormente, al extranjero. Se encuentran en pláticas con empresarios del viñedo La Redonda, en Querétaro, y tienen propuetas en Monterrey. Posteriormente se haría una edición en Guadalajara y, en el 2018, el objetivo es realizar alianzas con algún colectivo de diseñadores de otro país.
Consejos de la experta
Tras su experencia, la CEO de Tráfico Bazar recomienda a aquellos que quieran emprender no quedarse con las negativas. Estos son sus consejos:
- Siempre hay alternativas a los problemas, pero es necesario tener un equipo consolidado y de mucha confianza.
- No inviertas tanto en mercadotecnia. En ocasiones funciona mejor el 'boca en boca' y las convocatorias en redes sociales. Tráfico Bazar sólo ha utilizado recursos, como vallas de Metrobús, en un par de eventos.
- Cree en el proyecto y trabajar con pasión. “Hazlo tú mismo, rompe esquemas y sigue tus sueños hasta conseguirlos”, finaliza.